China y Taiwán establecieron hoy vuelos directos regulares por primera vez desde hace casi seis décadas, marcando el inicio de lo que Pekín calificó de «un nuevo inicio» en las tensas relaciones entre el régimen comunista y la isla nacionalista.
En la muestra más visible de la reciente apertura hacia el continente del nuevo presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, ambas partes, separadas en 1949 al término de una guerra civil, recibieron a los vuelos de pasajeros llegados directamente del otro lado del estrecho.
«Es un momento sagrado», afirmó Liu Shaoyong, presidente de China Southern Airline, que pilotó él mismo el primer vuelo procedente de la ciudad china de Guangzhou (sur) hacia Taiwán.
«Cruzar el estrecho de Taiwán es como volver a casa», declaró ante la multitud que participaba en la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto.
Los cien turistas chinos que viajaron a bordo de este primer avión fueron recibidos con alfombra roja, ceremonias simbólicas de purificación y el tradicional «Baile del León» chino, reservado para las grandes ocasiones.
«Tuvimos suerte de viajar en esta avión», afirmó Wang Yu, un empresario originario del sur de China. «Mucha gente se disputaba un asiento en el vuelo inaugural», agregó.
Las relaciones entre Taiwán y China ha sido en realidad mejores de lo hace creer la hostilidad pública entre ambas partes y el comercio bilateral el año pasado alcanzó más de 100 mil millones de dólares.
Pero oficialmente, China considera a Taiwán como parte de su territorio en espera de reclamarlo, por la fuerza si es necesario. El estrecho de Taiwán, fuertemente armado en ambas orillas, ha sido durante mucho tiempo un de los puntos potenciales de enfrentamiento militar más calientes del planeta.
Taiwán interrumpió el comercio y los enlaces directos tras separarse del continente, pero la elección de Ma a finales de marzo abrió la puerta a una mejora de las relaciones tras un periodo especialmente tenso durante el mandato de su predecesor, Chen Shui-bian.
Ambas partes mantuvieron el mes pasado sus primeros contactos directos en una década.
Dichos contactos desembocaron en el acuerdo sobre los vuelos directos, que al menos durante cuatro días por semana elimiará las escalas en Hong Kong u otros aeropuertos que durante décadas han sido la cruz de los viajeros de ambos lados.
«Hoy marca un nuevo inicio en la historia de los intercambios entre ambas partes», afirmó en Pekín Wang Yi, director de la Oficina de Asuntos Taiwaneses de China.
«Ahora, las relaciones entre ambas partes del estrecho tiene una oportunidad excepcional de desarrollarse», afirmó Wang.
Desde que Ma asumió la presidencia de Taiwán, los cambios han sido rápidos. Los bancos pueden cambiar ahora divisas chinas, se relajaron los límites a la inversión taiwanesa en el continente y algunos medios de comunicación chinos prohibidos en la isla lograron autorización para trabajar.
Habrá 36 vuelos de ida y vuelta a través del estrecho cada semana, que operarán de viernes a lunes entre seis aeropuertos taiwaneses y cinco chinos.
Miembros taiwaneses del movimiento espiritual Falungong, prohibido en China, aprovecharon la llegada de visitantes del continente para organizar protestas contra la represión del grupo por Pekín.