Todo es inútil


Ahora que está de moda lo del abono que el gobierno vende barato, pero que si analizamos que al aplicarlo a las siembras tarde, este no sirve de nada, podemos concluir que el gobierno vende el fertilizante más caro del mundo.

Guillermo Castañeda Lee, Céd. R-19 No. 997

El abono, pensiones, subvenciones a nivel gobierno; láminas, blocks, arena, piedrí­n, etc., a nivel alcaldí­as, su objetivo que es el de ganar la voluntad popular y ganar votos para las siguientes elecciones, nunca se ha logrado.

Primero, por que la costumbre lo vuelve obligación y el olvido y que no somos agradecidos es el factor que más aprecia la oposición.

Al inicio de esas reparticiones, se oyen expresiones de agradecimiento y de aliento para que continúen, pues eso favorece a los pobres, que bueno es el señor, que buena es la señora, etc… A medio periodo, ya se oyen expresiones, que no denotan agradecimiento, alegando que serí­a bueno que se les diera más, pues lo que reciben es poco, apareciendo como se dice, muestras de inconformidad.

Llegamos al periodo electoral y los que repartieron a diestra y siniestra, esperan el apoyo popular y muchos lo hacen mientras llegan las elecciones y al momento del voto dicen:

Esos desgraciados creen que nos compraron con la miseria que nos dieron, que no es nada comparado con lo que ellos se robaron, así­ que mejor voto por el otro.

En el caso de los fertilizantes el problema es más serio, pues en lugar de ayudar al campesino, lo empobrecen, pues el gasto que hacen no les compensa el aumento de producción, por su aplicación tardí­a al recibirlo cuando ya pasó la fecha de su aplicación.

En cualquier manualito de agricultura usted encuentra que el abono que no se echa en el momento que se debe echar, es abono perdido. Al parecer ni eso saben los del Ministerio de Agricultura.

Trasladándonos del campo de la agricultura al de la medicina, un buen médico dirí­a, para qué se le va a dar medicina al paciente cuando éste ya está muerto.