El anuncio del presidente Colom y sus ministros sobre el interés de ingresar a Petrocaribe, vuelve a colocar sobre el escenario el tema de los beneficios que esta inclusión representa para Guatemala tras haber anunciado hace algunas semanas que no se obtendrían precios preferenciales.
La intención de buscar productos de petróleo más baratos era casi que esperar que por coincidencias ideológicas nos regalaran oro. Ayer, con el anuncio de la propuesta se le da el sentido que, posiblemente, hacía falta en aquel momento cuando se anuncia que el 50% de la factura petrolera entra a un sistema de financiamiento para el país de 1%.
Los fondos del pago posterior por esta operación a 25 años deben ser designados -así lo obliga el acuerdo- a proyectos de inversión social para beneficio del ciudadano. Será momento en que el gobierno que ha mencionado durante una buena parte de su período la intención de invertir en solidaridad, vaya al detalle de lo que se tiene que hacer socialmente para colaborar por ahora a enfrentar la crisis para que luego tengamos infraestructura para el desarrollo.
Cuando esta discusión llegue al Congreso de la República, se deberían tener sobre la mesa los proyectos concretos que se quieren obtener en cuanto a inversión social, porque será la única forma en que se logre centrar la atención sobre el beneficio directo sobre los ciudadanos guatemaltecos.
Recordemos que la posible inclusión a Petrocaribe incluye el ingrediente ideológico de un líder latinoamericano que ha sido odiado, querido, temido, admirado y, prácticamente, ha gozado de cualquier clase de demostración posible sobre su ideología y proyección con otras naciones.
Si la discusión en el Congreso se marca sobre el tema ideológico, impediría conocer realmente si existen posibilidades de beneficio real hacia las políticas del desarrollo que se pueden plantear y el costo al menos aproximado que durante esos 25 años tendría.
Es importante garantizar el suministro del diésel en este caso como lo ha anunciado el Presidente. Pero más importante será que se dé garantía de inversión de ese 50% adicional que tendrá que ir a parar a obras sociales. Ojalá se tenga la capacidad de plantear con detalle las áreas, las prioridades y las regiones en que se iniciaría, a corto plazo, con los proyectos a los que se abrirían las puertas si se ratifica nuestro ingreso a Petrocaribe.