Mucho para ganar y perder


Barack Obama, candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos.

Los candidatos Barack Obama y John McCain iniciaron la etapa extranjera de su campaña a la Casa Blanca, con el anhelo de exhibir una estatura internacional a cuatro meses de las elecciones estadounidenses, aunque también corren el riesgo de tropezar.


Ambos esperan que sus viajes a América Latina, Europa y Medio Oriente persuadan a los electores de sus capacidades de estadistas y les hagan ganar puntos en una batalla donde se enfrentan dos visiones de polí­tica exterior.

Pero es arriesgado equivocarse en un asunto internacional: una metedura de pata de Obama, por ejemplo, podrí­a implicar que surgieran nuevas dudas sobre su supuesta falta de experiencia y su presunta incapacidad para asumir el papel de «comandante en jefe».

Los dos enfrentan un juego de equilibrista: deben ganar la confianza de los electores preocupados de polí­tica exterior y seguir conectados con los problemas de los estadounidenses confrontados a la crisis económica.

El candidato demócrata Obama planea viajar este mes a Alemania, Gran Bretaña y Francia, y dar sus primeros pasos en Medio Oriente en Israel y Jordania.

Irá también a Irak y Afganistán, bajo fuerte vigilancia y bajo la presión de quienes desearí­an verlo modificar su proyecto de retirada inmediata de las tropas de Irak, si gana la presidencia.

El candidato republicano John McCain, que ya visitó Europa y Medio Oriente este año, usa su actual gira a Colombia y México para contradecir a su rival en temas comerciales y de polí­tica exterior.

Con la esperanza de ganar el voto hispano en noviembre, intentará «mostrar que tiene una gran ventaja sobre Obama en materia de seguridad nacional y que el Partido Demócrata (…) abandonó a América Latina», estima Michael Shifter, vicepresidente de Diálogo Interamericano.

En Europa, Obama deberí­a recibir una recepción calurosa. Los sondeos muestran mucho entusiasmo por el posible primer presidente negro de Estados Unidos, que promete refundar la polí­tica exterior y quien comparte las inquietudes europeas sobre temas como el calentamiento global.