Obama y Clinton se unen para las elecciones


Hillary Clinton y Barack Obama viajaron juntos hoy hacia un villorio de nombre simbólico, Unity (unidad), dejando atrás la lucha encarnizada en la que se enfrentaron en las primarias de su partido y uniéndose para las elecciones presidenciales de noviembre.


La escuela primaria de este pueblo del estado nororiental de New Hampshire que cuenta con 1.100 habitantes, «y eso contando todas las vacas», según una broma de un poblador, será tomada por asalto por militantes del Partido Demócrata provenientes de toda la región.

La consigna oficial será: «Unirse para el cambio».

Será la primera reunión pública de la ex primera dama y del senador de Illinois, después de que el 3 de junio Obama conquistara la investidura demócrata.

Anoche, ambos ex rivales se reencontraron en un gran hotel de Washington, en una reunión cargada de emoción, con la participación de los donantes de recursos para las elecciones.

Barack Obama firmó un cheque de 2.300 dólares (el máximo autorizado por la ley) para ayudar a Clinton a enjugar sus deudas de campaña, estimadas en 22,5 millones de dólares, de los cuales 11,4 millones provení­an de su fortuna personal.

El candidato fue calurosamente aplaudido al anunciar que habí­a pedido a sus principales donantes que «sacaran su chequera y pusieran manos a la obra (…) puesto que es preciso ocuparse de la deuda restante» (de Clinton), dijo.

En compensación, la senadora por Nueva York, que se habí­a mantenido discretamente apartada tras ofrecer públicamente su apoyo a Obama el 7 de junio, pidió a sus seguidores olvidar cualquier eventual amargura, «porque ahora es preciso que la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos sea la prioridad de nuestras vidas».

Sin embargo, algunos participantes citados por la prensa en forma anónima afirmaron que la reunión habí­a sido tensa.

«Fue como cuando mamá lo obligaba a uno a ir a la casa de una tí­a, y le pellizcaba la mejilla y uno tení­a que quedarse allá, en habitaciones incómodas, y sólo esperaba la hora de volver a casa», contó un donante de Clinton citado en forma anónima por la red de televisión ABC.

Después de haberse adjudicado la victoria, Obama no perdió ninguna ocasión de rendir homenaje a su ex rival, y él mismo reprendió a militantes que habí­an abucheado el nombre de la ex precandidata.

Anoche, reveló la admiración que habí­a despertado la candidatura de la señora Clinton en la casa de su abuela, que en su vida profesional escaló uno por uno los peldaños del escalafón de un banco, pasando de secretaria a vicepresidente.

El candidato demócrata también se congratuló que su propia hija de nueve años, Malia, «dé por hecho que una mujer pueda ser presidenta».

El miércoles, Obama habí­a explicado que contaba con la ex primera dama para hacer campaña en su favor, porque «ella puede ser extraordinariamente eficiente», dijo en una rueda de prensa en Chicago.

«Evidentemente, estará limitada por su disponibilidad de tiempo, pero yo estoy muy contento de llevar a cabo una campaña sólida con ella», declaró.

Obama se habí­a cuidado de minimizar la ausencia del ex presidente Bill Clinton, quien fue muy ofensivo con él durante las primarias. «Comprendo que el ex presidente no quiera robar el primer plano», habí­a dicho, pero aseguró que contaba con su ayuda: «Es un polí­tico brillante, ha sido un presidente destacado, yo quisiera que me ayudara, no sólo en la campaña sino después también para gobernar».

Un portavoz de Bill Clinton dio a conocer el martes un comunicado lacónico de apoyo a Barack Obama.

En Unity, un republicano, Ken Hall, expresó su esperanza de que la reunión de los demócratas «será buena para unir a todos» en el partido.

En la primaria demócrata del 8 de enero, los electores del poblado se dividieron en partes iguales, dando 107 votos a cada candidato, mientras que en el estado de New Hampshire, la senadora ganó en forma muy ajustada, desmintiendo todos los sondeos.