El paramilitar Diego Murillo, extraditado desde Colombia, admitió hoy ante la justicia de Estados Unidos cargos de narcotráfico que le costarán al menos 27 años de cárcel, según la fiscalía.
En una audiencia ante una corte federal de Manhattan, Murillo aceptó los cargos por narcotráfico y obtuvo a cambio el compromiso de los fiscales de no aplicarle una cadena perpetua sino una pena de entre 27 y 33 años de cárcel.
Según el fiscal del distrito sur de Nueva York, Michael García, la pena definitiva será establecida en una audiencia convocada para el 18 de diciembre.
Diego Fernando Murillo Bejarano, alias «Don Berna» o «Adolfo Paz», había sido inculpado por «importación de miles de kilos de cocaína a Estados Unidos» y «lavado de dinero» procedente del ilícito negocio.
Los cargos normalmente son pasibles de cadena perpetua, pero como parte del acuerdo de extradición alcanzado con Colombia, Estados Unidos se comprometió de no solicitar esa pena.
Un mes antes, el jefe paramilitar extraditado junto a otros 13 líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se había declarado inocente de los mismos cargos ante el juez Richard M. Berman.
Murillo, detenido por las autoridades colombianas el 27 de mayo de 2005, es un ex lugarteniente del abatido capo del narcotráfico Pablo Escobar, que luego se sumó a las AUC.
Según la fiscalía de Nueva York, ostentaba el título de «inspector general» de las AUC y era de facto el líder de la organización encargado del narcotráfico, incluyendo el transporte de droga y las operaciones financieras.
La cocaína enviada a Estados Unidos por las AUC, agregaron los fiscales, generaba millones de dólares en Nueva York y otras ciudades.