Como un homenaje a sus orígenes, el escritor guatemalteco Dante Liano presenta en «Pequeña historia de viajes, amores e italianos» un recorrido vital de tres inmigrantes europeos en su búsqueda del paraíso perdido.
Un periplo que les conduce hasta Guatemala siguiendo los pasos de «un vendedor de humo» que les promete fortuna en su viaje hacia las Américas.
Dante Liano presentó hoy en Madrid su última novela, que en los próximos días llegará a Guatemala, como una «pequeña historia» de 222 páginas, que demuestra la preferencia del autor por los relatos cortos.
En principio, la novela, relató Liano, tenía 600 páginas, pero el autor, afincado en la actualidad en la ciudad italiana de Milán, la sometió a un «tratamiento de castigo».
La historia comienza en el año 1300, en la región italiana del Piamonte, y llega al siglo XX, con un «salto mortal» de la primera fecha a principios de 1900.
Los protagonistas, dijo Liano, son «valdenses», seguidores de Pietro Valdo, un rico mercader que inició un movimiento de retorno a la pobreza evangélica y que se rebeló contra la Iglesia de Roma por la gestión de los tributos.
Los seguidores de Valdo se establecieron en Calabria, región de Italia en la que Liano hace recalar a «un vendedor de humo» que promete conducir a los protagonistas de la novela a un país maravilloso, en el que basta alargar la mano y encontrar frutos para comer.
La necesidad les empuja a buscar fortuna, prosiguió Liano, pero ésta no les acompaña y «se quedan tan pobres como llegaron, aunque viven intensamente la vida».
Y es que a Dante Liano lo que le interesa es imaginar cómo se construye la vida sin necesidad de ser rico y cómo se entrelazan las diferentes historias que surgen en el periplo nómada de los protagonistas.
«En el título está toda la novela», afirmó tajante el autor, quien precisó que un 10 por ciento de la historia está basada en la realidad, mientras que el resto del relato es ficción.
Dante Liano desveló que no escribe con un plan determinado, ya que la novela «va tomando su cauce según van ocurriendo las cosas».
También atribuyó un rol destacado a los personajes, de quienes dijo, van «condicionando los acontecimientos».
Unos personajes que en el caso de «Pequeña historia de viajes, amores e italianos» parecen llevar en sus genes el movimiento, porque el autor confesó estar convencido de que todos, «de alguna manera, somos nómadas», incluso en nuestros viajes interiores.
Profesor en varias universidades italianas, el escritor guatemalteco considera que la literatura europea tiende a ser auto referencial «en el sentido de que se hace mucha literatura sobre literatura».
Mientras que la tradición latinoamericana, vinculada a la estadounidense, tiende a fundarse más sobre acontecimientos externos a la literatura, concluyó Liano, quien se mostró convencido de que es el autor quien da «el toque maravilloso y mágico» a una novela no las circunstancias que la rodean.