Los padres de familia deben estar muy atentos al uso que sus hijos le dan a la computadora y a la Internet, porque pederastas, estafadores, ladrones, proveedores de drogas y otros sujetos de la misma calaña navegan por la red, para atrapar a niños y jóvenes de uno y otro sexo.
eduardo@villatoro.com
Actualmente, una nueva modalidad que se emplea en el correo electrónico es el denominado bullying, que consiste en abusar de un joven por medio de intimidaciones, insultos y amenazas. Los extraños que se aprovechan de menores utilizan sitios de conversación conocidos como chats y las páginas de Facebook y Mi Space, entre otras, para enviar mensajes a miles de chicos con el fin de humillarlos frente a muchas personas no identificadas, y de ahí que una de las reglas de oro que deben observar los jóvenes respecto a su seguridad en el correo electrónico es que jamás deben entregar información personal a un desconocido, según lo recomienda Jim Lewis, agente especial de la división de crímenes contra niños, del Buro Federal de Investigaciones, mejor conocido como el FBI.
Por su parte, Jeff Goldis, director de comunicaciones de i-Sate, compañía que se dedica a programas de educación sobre seguridad en la Internet, asevera que «desde el momento en que un niño se sienta frente a un ordenador o computadora entra a un mundo con reglas diferentes», según reportaje de Malena Marcha, publicado en el Nuevo Herald, que leí en su versión electrónica.
Los niños y jóvenes corren riesgos porque cualquier persona puede ingresar al espacio cibernético, y en tal sentido Goldis hace la analogía de un automóvil: el niño sabe lo que es, pero ningún padre responsable y sensato le va a entregar las llaves del vehículo si el menor no sabe conducir. Lo mismo se aplica a la Internet, en el sentido de que al chico o chica hay que explicarle los peligros que existen al entrar a sitios para conversar (chatear) y hacer contacto con personas desconocidas, además de que se les debe advertir sobre las consecuencias de sus acciones, aunque, según mi amiga Raquel, también hay que tomar en cuenta la naturaleza curiosa de los niños, de manera que a veces se alcanza un efecto contrario con las explicaciones y advertencias, puesto que es el momento cuando más les pica la curiosidad y más desean entrar a esa zona peligrosa del espacio cibernético.
Sin embargo, de todas maneras los padres deben ser claros y concretos con sus hijos, en lo que se refiere a que en la red se pueden comunicar con personas cuyo único objetivo es hacerles daño a ellos y sus familiares y amigos, fuera de que están expuestos a un lenguaje sexualmente explícito, llegando a la obscenidad, así como a proposiciones indecentes y a recibir material pornográfico.
Adicionalmente, es importante que los padres de familia expliquen a sus hijos que bajo ninguna circunstancia deben proporcionar información que pueda ayudar a los desconocidos a ubicar a los menores, como le ocurrió a una niña que le envió una fotografía suya de medio cuerpo a un extraño, en la que la chica vestía un suéter con el nombre del establecimiento educativo donde estudia. El individuo buscó la dirección del centro escolar y logró hacer contacto con la niña.
Los menores que están en mayor riesgo son los de secundaria, en la etapa previa a la etapa de la pubertad y «están explorando», de acuerdo con palabras del citado agente Lewis, y por eso es que los expertos recomiendan que el adulto (siempre que éste tampoco sea un mañoso cibernético) vigile el uso de las computadoras, aunque los menores tienen más habilidad que sus mayores para navegar en la Internet, ingresando a sitios y páginas que los padres no conocen, pero son los que más visitan los niños.
Se sugiere a los adultos que no dejen esa responsabilidad en otras personas (como niñeras, por ejemplo, que conocen menos el uso de la computadora), y que el ordenador siempre se ubique en un lugar visible y no en la habitación del menor, por razones obvias, sobre todo si se encierra bajo llave.
Los jóvenes corren mayor peligro durante la noche, aunque la mayoría de los depredadores se encuentran en línea las 24 horas, tratando de ubicar a niños y adolescentes.
(El joven David le comenta a Romualdo Computer: -Dispuse cambiar mi nombre, ahora me llamo DVD).