En Santurce, Puerto Rico, se organizó un concurso juvenil de pintura en el que se inscribieron cientos de muchachos con vena artística.
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Entre ellos estaba Martín Roca, quien pintaba con más entusiasmo que belleza; sin embargo, su falta de calidad no le quitó el impulso de participar en ese importante certamen.
Por eso, cuando fue la premiación y se anunció que él había ganado un premio, casi se muere ante tan increíble sorpresa.
En medio de un ensordecedor aplauso, los jueces lo declararon ganador de la categoría «El artista con más corazón».
Luego, pusieron el trofeo a los pies de Martín, pues no tenía brazos para recibirlo; él había pintado el mismo cuadro con la boca, 18 veces para seleccionar el mejor.
LOS GRANDES SIEMPRE GANAN, AUN CONTRA TODOS LOS OBSTíCULOS.