Celso A. Lara Figueroa
Universidad de San Carlos de Guatemala
San Antonio en sus diferentes advocaciones tiene una intensa trascendencia entre los grupos subalternos de Guatemala tanto urbanos como rurales. Según el calendario litúrgico, el día trece de junio se conmemora San Antonio de Padua quien ha sido y es el santo popular por excelencia de todos los tiempos: el santo de los milagros, de los pobres, el santo de todos.
De acuerdo con su hagiografía fue predicador y develador de herejías medievales. El Papa Pío XII lo declaró Doctor de la Iglesia. Nació en Lisboa en 1196 y murió en Padua, Italia el trece de junio de 1231.
Fue un fraile franciscano que ejerció grande influencia en su época por su santidad y sus obras piadosas. Se le representa como un hombre con traje talar que carga en una mano al Niño Dios y en la otra un libro con una azucena, símbolo de pureza y docto en la ley cristiana. La influencia popular de San Antonio proviene desde tiempos inmemoriales. Es indudable que sus milagros ya eran famosos cuando el cristianismo hizo su aparición en el Nuevo Mundo a partir de los siglos XV y XVI. Sin embargo, en América y en Guatemala en especial, cobran mayor vigencia y se sincretizan a lo largo del proceso de colonización y evangelización hasta consolidarse en la segunda mitad del siglo XVII.
Para los guatemaltecos San Antonio es uno de los santos de mayor devoción en las casas y en los viejos barrios de las ciudades, así como en aldeas y pueblos interioranos, ya que es a él a quien mayores y portentosos milagros se le atribuyen dentro de la población anónima.
En primer lugar, San Antonio es el abogado de las causas perdidas y es el «encargado de encontrar las cosas que se pierden por olvido o por descuido». De acuerdo con la tradición popular, cuando una persona extravía un objeto debe invocar de inmediato al santo, rezar las oraciones más habituales (Padre Nuestro y Ave María) e inmediatamente las cosas olvidadas aparecen. Si la pérdida es de mayores proporciones es necesario rezar una Novena en casa o en el templo más cercano en donde se encuentre una imagen de San Antonio.
A la entrada de cada iglesia se pueden obtener estampas con la efigie y La Novena popular que debe ser rezada para que aparezca el objeto desaparecido. Es necesario reiterar que es el santo que se venera con mayor profusión en las casas particulares y en templos de la orden franciscana y de otras congregaciones, lo que subraya en gran medida la influencia que este santo varón tiene en el seno de la religiosidad popular guatemalteca.
En la Nueva Guatemala de la Asunción y en la región oriental del país, los milagros de San Antonio gozan de gran notoriedad y aceptación. Por los barrios de La Candelaria, La Parroquia y La Ermita la manifestación de San Antonio del Monte está muy arraigada. En estos barrios se realizan Novenas y oraciones domésticas. Además, pequeños rezados o procesiones visitan por nueve días casa por casa de los devotos y, en los mismos se distribuyen centavos de cobre entre las «niñas casaderas» y se reparte en forma espontánea azucenas que perfuman los altares domésticos.
San Antonio del Monte es una advocación ajena. Proviene de El Salvador y llegó al Valle de las Vacas en Guatemala a mediados del siglo XVII por el Camino Real traído por los frailes franciscanos en su labor de predicación. Por ello se encuentra también en poblados como Palencia, Santa Catarina Pinula y Guastatoya, lugares a la vera del Real Camino. En tal sentido, San Antonio del Monte procede de Sonsonate, provincia de El Salvador, en donde posee una capilla de advocación muy venerada por los habitantes de ese país, Honduras e inclusive Guatemala. San Antonio del Monte es, pues, una variante del Sur de Mesoamérica, considerado como la más milagrosa de todas las advocaciones de dicho santo en la religiosidad popular de esta región e inclusive, su sentido de adoración y ritualización, puede compararse con el Cristo de Esquipulas y Santa Rita de Casia, abogada de las causas imposibles.
Otra de las manifestaciones populares de San Antonio es la de encontrar novio a las niñas casaderas ya que de acuerdo con su hagiografía, San Antonio se encargaba en vida durante los tiempos de la Baja Edad Media, que en los pueblos del centro de Europa no quedara pareja sin la correspondiente bendición matrimonial ni persona joven sin novio o novia.
En otro orden de ideas, es importante señalar que la fiesta de San Antonio está ubicada en el contexto del solsticio de primavera (21 de junio), en donde todo florece y está ligado a los antiguos ritos propiciatorios de fertilidad grecolatinos, mismos que San Francisco a principios del siglo XI cristianizó, por lo que San Antonio siguió los mismos derroteros del fundador de su congregación.
Al retomar la tradición popular de San Antonio como santo milagrero en Guatemala, ésta subraya que las muchachas casaderas que deseen conseguir novio y se les esté quemando el pan, el día trece de junio deben colocar la imagen de San Antonio de cabeza tras la puerta del dormitorio de su casa y recen para que la persona que han escogido les corresponda. Asimismo, a la joven casadera se le debe obsequiar trece centavos de cobre que llevará a depositar en un pequeño canasto de caña de castilla adornado, cerca de la imagen de San Antonio que ha puesto de cabeza. Estos centavos no deben ser solicitados sino ser entregados espontáneamente, «regalados» y «sirven para los fines que se desea si realmente son de cobre».
Los mismos simbolizan la dote que San José pagó por la Virgen María en tiempos bíblicos. Además, el día del santo se acostumbra comprar los famosos «panitos de San Antonio», elaborados con harina, similares a los llamados «panes de manteca» pero de menor tamaño, los cuales deben ser ingeridos por las muchachas casaderas pensando en la persona que desean que les corresponda. Las tradiciones de San Antonio en Guatemala y el Sur de Mesoamérica son de las más originales del Nuevo Mundo.
Por otra parte, muchos poblados de Guatemala tienen como santo patrono a San Antonio y ese día sale en rezado a bendecir calles, callejones y casas de los poblados interioranos del país.
Finalmente, este día, trece de junio, en los viejos pueblos mestizos del país y aún del occidente de Guatemala, se inicia el rezo de la Novena a San Antonio.
Como lo realizaba en la época medieval, vinculado con los grupos más desposeídos de la región europea, San Antonio continúa protegiendo a sus devotos y es uno de los santos milagreros más importantes de la cristiandad y de Guatemala en los recónditos hilos del envoltorio mágico que es nuestro país.
Nueva Guatemala de la Asunción,
13 de Junio del 2008.