Otro premio para esos «empresarios»


Ayer el Ministro de Comunicaciones, que fuera el encargado de finanzas de la campaña del ingeniero Colom, anunció junto a los dueños de autobuses urbanos que se acordó aumentar el subsidio dizque para evitar que aumente el precio del pasaje y que el mismo irá, como siempre, en forma directa a los mal llamados empresarios del transporte público. Algunos de ellos se ufanan de las buenas relaciones que existen especialmente con el señor Alejos, puesto que dicen que era a él quien le daban sus aportes durante la campaña, mismos que por lo visto están rindiendo frutos y hasta con verdaderas creces.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Nadie ha podido sustentar la lógica del subsidio en la forma en que se maneja actualmente porque ni siquiera existe un control adecuado de los buses que están circulando y se sabe que muchos de los empresarios reciben dinero aunque sus unidades no salgan a circular todos los dí­as. Todos sabemos que el sistema funciona de forma tal que el dueño entrega la camioneta al piloto para que éste la opere a cambio de una cuota fija que le debe pagar diariamente al propietario, quedando el chofer obligado a sufragar gastos diarios como el combustible y las extorsiones que hacen los pandilleros.

Y hace algunos dí­as el Presidente de la República dijo que estaban estudiando nuevos procesos para dar el subsidio de manera directa al usuario, lo cual serí­a posible mediante el sistema prepago que terminarí­a con la forma en que ahora se opera y obligarí­a a los dueños a pagar sueldo (y prestaciones) a los pilotos que circulan por las diferentes rutas. Además, ello obligarí­a a un registro exacto del nombre de los pilotos para que cuando ocurra un accidente ya no suceda que simplemente hacen un molote con su dinero y sus pertenencias y se esfuman de donde ocurrió el percance, aunque haya ví­ctimas mortales como consecuencia del mismo.

Cuando uno de los transportistas me comentó de las razones por las que estaba seguro de que serí­an beneficiados pensé que estaba exagerando porque el mismo Presidente habí­a dicho cosas sensatas sobre la forma en que debe enfrentarse el problema del transporte colectivo. Sin embargo, ayer quedé convencido de que no eran babosadas suyas porque en realidad no hay otra explicación para entender por qué el gobierno que dice estar a tres menos cuartillo, acepta seguir tirando el pisto al barril sin fondo que es ese subsidio cuyos beneficios son única y exclusivamente para los dueños de los buses porque de todos modos al usuario le están cobrando más de la cuenta, sea porque acortan rutas o porque simple y sencillamente cobran más de lo autorizado en el horario que les viene en gana. No digamos a los pobres ancianos que por ley tienen derecho a usar el transporte en forma gratuita y quienes prefieren pagar para evitarse las humillaciones degradantes a que los exponen los pilotos cuando pretenden ejercitar su derecho.

La oportunidad que esta crisis presentaba para proponer soluciones definitivas a un problema tan añejo como el de transporte está desvaneciéndose porque lamentablemente parece que los compromisos de campaña pueden ser decisivos para proteger intereses de quienes han sido el principal obstáculo históricamente para que Guatemala pueda disponer de un sistema eficiente, seguro y que incentive al uso del transporte público en vez del privado. Serí­a fatal que esa fuera la tónica a la hora de determinar el futuro del transporte en el área metropolitana.