Croacia se anotó hoy su segunda victoria de la primera fase de la Eurocopa y dio un paso casi definitivo hacia los cuartos de final al ganar por 2-1 a una Alemania que se lo jugará todo en la última jornada del Grupo B.



El equipo balcánico fue superior a su rival y ratificó su dominio con los goles de Srna y de Olic, cada uno en un tiempo. El gol postrero de Podolski no le sirvió de nada a Alemania, que queda pendiente de su duelo final ante Austria.
Antes del partido
Un carnaval futbolístico espontáneo lleno de color, formado por miles de hinchas alemanes y croatas, ha inundado hoy las calles de Klagenfurt con banderas, bocinazos y cánticos burlones con dedicatorias al rival.
El barroco casco histórico de la coqueta capital de la región austriaca de Carintia, de unos 90 mil habitantes, se abarrotó con alrededor de 40 mil hinchas que celebraron de forma pacífica la antesala del encuentro Croacia-Alemania del grupo B.
Numéricamente ganaron los croatas -eran alrededor de 30 mil- al aprovechar la cercanía de Austria a su país para apoyar a su equipo en la sede más pequeña de la Eurocopa.
Caravanas de hinchas a pie y en vehículos de todo tipo, engalanados con banderines, conquistaron cada rincón de la ciudad mientras que, en otra parte de Klagenfurt, miles de aficionados alemanes asistían en una de las zonas de ocio a un concierto gratuito del grupo alemán «Sportfreunde Stiller».
En los alrededores del estadio, decenas de personas se paseaban con carteles anunciando un último intento de cazar una entrada para ver a su equipo. Uno de ellos, un alemán que viajó para el partido desde la ciudad de Halle, se paseaba con varios billetes de cien euros en la mano para demostrar que iba en serio.
Coger un autobús en la ciudad era una prueba de paciencia y de resistencia auditiva debido a los gritos de los aficionados, acompasados al ritmo de sus saltos durante todo el trayecto.
Los austríacos -que festejan a su selección con una urbanidad encomiable- miraban con una mezcla de perplejidad, incredulidad y sorpresa a los hinchas croatas, los más ruidosos.
Cánticos croatas de «Deutschland, Deutschland auf wiedersehen!» (Alemania, Alemania, hasta la vista) dedicada a la hinchada alemana tronaban por toda la ciudad, mientras que otros grupos apostaban por poner a todo trapo música folclórica y grandes éxitos croatas acompañada a voz en grito por los más lanzados.
A primera hora de la tarde ya eran numerosos los aficionados que habían tomado posiciones en las inmediaciones del estadio, con todo tipo de atavíos imaginativos. Y todo ellos con un tiempo que acompañó poco, con un cielo gris y una leve lluvia intermitente.
Las celebraciones discurrieron de forma pacífica, y aunque cada afición se concentraba en zonas distintas de la ciudad, no era infrecuente ver a alemanes y croatas compartir cervezas, saludos y pronóstico: todos coincidían en que su equipo iba a ganar.
Los propietarios de los chiringuitos de la zona de hinchas se congratularon de que por fin hubieran llegado por miles los futboleros después de lamentarse de los puestos vacíos. Algunos, los más burlones, ya bautizaron la zona de ocio para los aficionados como «ghost city» (ciudad fantasma).
La presencia policial en las calles es masiva, con alrededor de 3 mil policías, incluidos 400 agentes alemanes para ocuparse de su hinchada y con el papel de desalentar cualquier acto violento.
El rotor de un helicóptero que estuvo sobrevolando el estadio fue también un recordatorio de la importancia que le habían dado las autoridades a la seguridad.
La semana pasada Klagenfurt fue escenario de violentos enfrentamientos con la policía antes del partido entre Alemania y Polonia, en los que los agentes detuvieron a más de 150 personas.
La policía ya lanzó un mensaje de que iba a reforzar la seguridad en este encuentro para tratar de evitar incidentes como los del pasado partido.