Maritza Campos daba clases en una humilde escuela que quedaba en Managua, Nicaragua, y como se acercaba el Día de las Madres, decidió hacer un concurso.
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Les pidió a sus alumnas que elaboraran un retrato de su mamá, y explicó que el que estuviera mejor realizado, obtendría un premio sorpresa.
Cuando Maritza estaba revisando los dibujos que le entregaron, se asombró al ver que una de las estudiantes había dibujado a su progenitora con un par de alas; intrigada, le preguntó por qué lo hizo.
-Es que ella murió hace varios años, y como era tan bondadosa, estoy segura que está en el cielo, junto a Dios- le respondió la dulce chiquilla.
Indiscutiblemente, aquel trabajo se ganó el primer lugar.
LA VIDA ETERNA ES EL PREMIO A TUS BUENAS ACCIONES.