Esta semana, los precios de los combustibles alcanzaron nuevamente niveles récord en Guatemala, con el galón de gasolina a 35 y 36 quetzales en la capital, lo cual ha agudizado la preocupación de los diversos sectores sociales. Los precios de los alimentos continúan igualmente al alza, provocando hambre para muchos y prosperidad para unas pocas poderosas empresas transnacionales.
Ayer martes, CNN de Estados Unidos entrevistó sobre estos asuntos al presidente de El Salvador, Antonio Saca, quien se encontraba participando en una actividad en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. El gobernante fue contundente al culpar de la situación de los altos precios a los países productores de petróleo por negarse a aumentar la oferta del oro negro. Agregó que también hay un ingrediente de mucha especulación, lo cual resulta devastador para la economía mundial.
Los expertos internacionales coinciden en que en los dos casos, petróleo y alimentos son crisis provocadas por los elevados precios y tienen un carácter estructural, lo que significa que ninguna de las dos será corta y de fácil solución.
La periodista de la BBC Mundo, Mariana Martínez, coincide con el presidente Saca sobre que detrás de la volatilidad de los precios está la especulación, así como los conflictos en el Medio Oriente, una creciente demanda en un mundo donde el petróleo es cada día un bien más escaso y hasta la carta debajo de la manga de algunos gobiernos.
La analista considera que el creciente conflicto en el Medio Oriente luego de la invasión de Estados Unidos a Irak es una de las causas de esta subida en los precios. Las exportaciones de petróleo de Irak se redujeron desde la invasión y, por ende, disminuyó la oferta global de crudo, lo que contribuyó a una presión alcista en los precios. Otros factores son la crisis financiera, la recesión de la economía estadounidense y la debilidad del dólar, pues un alto porcentaje de las transacciones petroleras se realiza mediante la divisa norteamericana.
La periodista Martínez opina que también hay que tomar en cuenta que la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, no está dispuesta a incrementar la producción de crudo para aumentar la oferta mundial y, de esa forma, abaratar los precios. La OPEP acusa a Estados Unidos y sus aliados en la guerra contra Irak de imprimir fragilidad en el mercado del petróleo.
En todo caso, mientras los países pequeños como Guatemala corren el riesgo de empobrecerse más, las gigantes petroleras están obteniendo grandísimas ganancias. Esas empresas transnacionales son más ricas ahora a costa del hambre de los pueblos del mundo.