Cuando el primer rector de la Universidad de San Carlos, doctor José de Baños y Sotomayor, en 1686, pidió a la Junta Universitaria que se integrara el primer Claustro, estaba sembrando el germen de lo que sería el Consejo Superior Universitario. Como institución, la Universidad ha participado en la vida política de Guatemala, especialmente a partir de septiembre de 1821. El Salón General Mayor que hoy forma parte del antiguo edificio de la Facultad de Derecho, con opinión favorable del Claustro, fue dado en uso a las autoridades federales para que allí funcionara la Asamblea Constituyente que en 1823. Y así, el Claustro fue la voz de la Universidad sobre aspectos de la vida nacional, función que después ha cumplido el Consejo Superior Universitario. Cuando fue golpeada en sus profesores, autoridades y alumnos, particularmente en los años 1954 a 1985, sus rectores como Martínez Durán, Arias de Blois, Cuevas del Cid, Valdeavellano y el rector en funciones, Castañeda Paz, el Consejo habló con entereza para protestar por los excesos del poder público y la represión. Volviendo al Claustro, en junio de 1854, el Ministerio del Interior le requirió su opinión sobre el propósito de que el Capitán General, don Rafael Carrera, fuera declarado Presidente Perpetuo de la República, con facultades para nombrar sustituto en caso de fallecimiento y disolver la Cámara de representantes cuando lo estimara conveniente. De inmediato salió a relucir el servilismo, dice don Federico Hernández de León en El Libro de las Efemérides, y todos los pueblos y sus municipalidades, incluyendo la Quetzaltenango, cuya sociedad había sido golpeada con el fusilamiento de sus autoridades, se unieron a los demás grupos de poder y apoyaron la idea de Manuel F, Pavón, representante de los grupos conservadores. No obstante, el Claustro, con sutileza y diplomático razonamiento se opuso a la pretensión de crear una monarquía en vez de la República. Para argumentar en contra, el Claustro Universitario, que se integraba, entre otros, por José Luna, Mariano Padilla, Ignacio González, Quirino Flores… médicos y abogados de renombre, dictaminó que no era concebible que el fundador de la República, como lo era el presidente Carrera, destruyera su mejor obra política. El dictamen pedido al Claustro, según don Ramón A. Salazar, en su obra Tiempo Viejo, decía: «…decretada la perpetuidad del Presidente ¿no varía completamente el sistema adoptado? ¿No es convertir a la República en una monarquía? Esto no puede dudarse, y en tal caso es necesario examinar si el país tiene o consta de elementos para sostener un tal sistema, para que no se vaya a pensar del general Carrera lo de Justiniano, comparándolo la historia con Teodosio, el joven que destruía con una mano lo que construía con la otra…» Pavón no tardó en rebatir la opinión del Claustro, argumentando «que no todas las repúblicas han sido democráticas y que las ha habido también aristocráticas» con gobernantes vitalicios, con reyes hereditarios…» Y con un acopio de erudición trasnochada, dice don Ramón A. Salazar, se atrevió a calificar de absurda la división e independencia de poderes.
El doctor Arévalo, en 1936, señaló cuatro raíces del servilismo. Pienso que hoy las raíces han aumentado. La actitud servil es ahora no sólo frente al poder público, sino también frente a los poderes ocultos, como los llama Norberto Bobbio. Estando en junio, debemos recordar la actitud del Claustro Universitario al oponerse a la pretensión de la Presidencia Perpetua. De todos modos, Rafael Carrera fue ungido como Presidente, sin plazo para ejercer el cargo» asumiendo en el mes de octubre de 1854. Cuando falleció, en 1865, ordenó que el Mariscal Vicente Cerna le sucediera en la Presidencia. Esa actitud de la Universidad en 1854, es parte de una herencia que debe cuidarse. En el caso del presidente Carrera, el Claustro hizo lo que creyó correcto, y rememorar ese paraje de nuestra historia política y la participación de sus personajes, es importante para conocer el pasado. Creo que en la actualidad debe leerse el voluminoso libro de Ralph Lee Woodward sobre la Fundación de la República, para tener una visión completa de la vida política del presidente Rafael Carrera.