La idea de insistir en el petróleo como matriz energética está quedando atrás, y es porque el alto consumo de países como Estados Unidos, China e India, que por cierto son espeluznantes, se ha anticipado en señalar que éste es un recurso finito y que la era del hombre de los hidrocarburos ya ha iniciado su paso a la historia.
Por eso es que el gran desafío que hoy se presenta a los países del mundo es la habilidad que puedan tener para cambiar su matriz energética. Si todos estamos de acuerdo en que esta es una grave crisis mundial, entonces debe resultar fácil entender que esta situación nos obliga a la unidad nacional. Este es un escenario que no permite lugar a la politiquería, exige de cada uno de los sectores que lleguen a conformar ese Consejo Nacional Contra la Crisis Energética, que tan repetitivamente he sugerido, los mejores elementos y las mejores intenciones. Solamente unidos podremos aspirar a superar tan enorme desafío.
Primero necesitamos identificar quiénes somos y con qué contamos, conocer nuestras habilidades y limitaciones; con que contamos es de suma importancia para así buscar las semejanzas con otros países que ya han empezado a superar la era del petróleo y así capturar y cohesionar al nuestro su tecnología. En Europa, Estados Unidos y otros países desarrollados, ya iniciaron la exploración y en algunos casos hasta la explotación de fuentes de energía alternas, como la solar, la eólica y algunas otras. En Guatemala es muy probable que tengamos un gran potencial en la energía geotérmica, y lo pienso porque nuestro territorio se encuentra asentado sobre extensa área volcánica. Mencionaba en el artículo anterior, que a mi juicio, la medida más inmediata es trabajar desde ya en el tema del etanol, pero a mediano y largo plazo y sobretodo para liberarnos de la dependencia del petróleo en la generación de energía eléctrica, la energía geotérmica podría representarnos esa gran salida. La energía geotérmica corresponde a la energía calorífica contenida en el interior de la tierra que se transmite por conducción térmica hacia la superficie, la cual es un recurso renovable y que considero en Guatemala, de alta disponibilidad. Finlandia es un claro ejemplo del país que ya encontró la salida, ha aprovechado estos yacimientos geotérmicos para sustituir en un 100% al petróleo en aplicaciones como la iluminación y calefacción de viviendas, usos agrícolas y la producción industrial. Es decir, la generación de electricidad a nivel nacional.
Es muy probable que la solución la tengamos frente a nuestras narices, pues en Guatemala tenemos a lo ancho y largo del país grandes campos geotérmicos que no son otra cosa que depósitos naturales de agua a alta presión y temperatura, sólo basta estimado lector, que usted recorra desde San Felipe Reu hacia el altiplano y se encontrará con grandes fluidos geotérmicos como las zonas de «Aguas Amargas», «Aguas Georginas» y en otras regiones como San Marcos, Huehuetenango, Palín, Cobán, Santa Rosa, etc., donde el vapor que despiden estas aguas de altas temperaturas de las zonas antes mencionadas de nuestro país, es el mismo que mueven las turbinas de las plantas geotérmicas de Finlandia. Esta fuente de energía nos permite pensar en que la crisis energética sí tiene solución, pero el tiempo que vivamos sometidos a las fuertes convulsiones sociales que se vislumbran en el horizonte, dependerá de la creatividad y agilidad que tengamos para enfrentar este enorme desafío.