Bomberos Municipales atendieron una emergencia en la que se solicitó auxilio para atender a un herido de bala, que resultó ser Cristian Paolo Paredes Ramí­rez, de 27 años de edad, hijo del ex futbolista guatemalteco Julio Rubén Paredes, quien ya se encontraba sin vida debido a la descarga de un arma de fuego que accionó un desconocido en la 4a. calle y 10a. avenida zona 7 colonia Quinta Samayoa.

Según investigaciones, el joven Paredes Ramí­rez llegó en su automóvil deportivo, color verde P 835-DFJ, a la casa marcada con el número 10-79 apartamento «A», a eso de las 8:00 horas, lugar a donde llegó supuestamente a buscar a su novia.

Se presume que al bajar de su vehí­culo, el joven asesinado discutió con un hombre durante unos momentos, quien luego desenfundó un arma, momento en el que la ví­ctima trató de huir pero recibió el disparo que le cortó la vida en el mismo lugar.

El padre de la ví­ctima indicó que su hijo era un muchacho sano y trabajador y dio a conocer que laboraba en una agencia bancaria cercana.

El asesinado era hijo del ex futbolista Julio Rubén Paredes, antiguo integrante del equipo Municipal y Cobán Imperial en las décadas de los 70 y 80, quien lamentó el hecho sangriento.

Lamentó que la ola de violencia siga destruyendo a la familia. A pocos metros otros familiares lloraban la desgracia que causó el asesino.

Durante casi cuatro horas, el Ministerio Público realizó las diligencias de rutina en el cuerpo de la ví­ctima, que quedó al frente del vehí­culo entre la banqueta y la puerta de entrada a la vivienda a donde habí­a llegado. Asimismo efectuaron la revisión de sus pertenencias, documentos, el vehí­culo y el área de la tragedia.

No se detiene la violencia

Al mediodí­a los socorristas municipales fueron alertados por otra emergencia, se trataba de otro joven asesinado con arma de fuego en la 11 calle final y 40 avenida de la colonia Paraí­so II, zona 18 al norte de la capital.

Las autoridades se encontraban efectuando las diligencias respectivas para levantar el cuerpo. Asimismo para recabar las pruebas que quedaron en el lugar para tratar de esclarecer esta nueva ejecución.