En la casa BLANCA un NEGRO.


Hace algunos años en una de las salas del Vaticano admiramos, con la Lila mi mujer, una fotografí­a que mostraba a JUAN PABLO II caminando por una pasarela como de dos metros de altura por sobre el nivel de la muchedumbre que lo aclamaba. Impresionaba ver la multitud de brazos y manos elevados en un vano intento de alcanzarlo. La fotografí­a estaba centrada en la figura del Santo Padre, y, por lo tanto no se veí­an los cuerpos de los feligreses. Ello hací­a aparecer a San Juan Pablo II como si estuviera caminando en medio de una multitud de brazos y manos, lo que componí­a una imagen que impresionaba.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Vino esto a mi memoria cuando la noche del martes la cadena televisiva CNN nos mostró las escenas en donde Barack Obama, luego de su discurso celebrando su victoria, pasaba entre la multitud que lo apretaba y le extendí­a las manos para tratar de estrechárselas. Esas manos en su gran mayorí­a eran blancas y por eso impresionaba esa solidaria y cariñosa actitud del pueblo norteamericano donde, hasta hace pocos años, los blancos rechazaban el contacto con los negros.

Me dijo la Lila mi mujer «!!yo nunca habí­a visto tantas manos blancas extendidas buscando una mano negra¡¡»

La fotografí­a del Vaticano impresionaba sobre todo por ser una verdadera obra de arte y porque los brazos y las manos, extendidos transmití­an una inefable y muy espontánea alegrí­a y cariño para JUAN PABLO II que uno lo sentí­a.

Las escenas de la televisión la noche del martes, sin embargo, impresionaban por otro diferente motivo ya que eran una fehaciente demostración de ese cambio en la actitud del pueblo norteamericano hacia el afroamericano, a quién ahora ya se le trata como un prójimo hecho a imagen y semejanza de Dios. Es algo que ya principia a hacerse verdad y a sentirse, como un cambio (change) que ha sido el motto en la campaña presidencial de Obama.

Por otra parte, si se llega a cumplir lo que ya se predice, que la senadora Clinton será su candidata para Vicepresidente, la victoria para los demócratas en noviembre será arrolladora y la nación económicamente más poderosa de la tierra tendrá un Presidente negro de quien esperamos reencauzará el camino del cual ha sido desviado por el guerrerista Bush.

Surge nuevamente el temor de que algunos fanáticos racistas como esos del Ku klus Klan que asesinaron a Martin Luther King se resistan a aceptar esa realidad y decidan eliminar a Barack. Si ese infortunio llegara a suceder, la senadora Clinton pasarí­a automáticamente a ser la Presidenta de los Estados Unidos.

Es por ello que uno, malpensado, siente que es esa una razón poderosa por la cual, ante esa probabilidad doña Hillary Clinton sí­ aceptará, muy gustosa, ser designada como candidata a Vicepresidente.