Otros entretelones de la Guerra Frí­a


El Congreso de Solidaridad de los Pueblos se celebraba en Túnez, ífrica del Norte durante tres dí­as en julio de 1961. Previo al Congreso se celebró en Oslo un Seminario relativo al papel del estudiantado en la lucha contra el subdesarrollo, el colonialismo y la esclavitud prevaleciente en muchos paí­ses de los cinco continentes, principalmente en ífrica.

Mario Castejón

Viajé de Oslo a Roma, escala obligada para seguir hacia ífrica del Norte al otro lado del Mediterráneo, Por la mañana los titulares de prensa llenaban sus portadas con la noticia del inicio de la guerra en Túnez, los Paracaidistas de La Legión Extranjera saltarí­an para reforzar la Guarnición Francesa de la sitiada Base de Bizerta y se suspendí­a el tráfico aéreo. Como una ironí­a el tema central del Congreso de Solidaridad era El Colonialismo como una enfermedad asociada al subdesarrollo y aquel dí­a la acción del Gobierno de De Gaulle vení­a a confirmarlo.

Contra todas las recomendaciones de don Pedro Yurrita y Maury, Embajador de Guatemala ante la Santa Sede en cuya casa me encontraba al almuerzo, pude arreglar a través de un telefonema a un dirigente de la Unión de Estudiantes de Túnez para incluirme con un grupo de corresponsales de guerra en el último vuelo autorizado. Así­ entre un mar de cámaras y equipos de sonido cruzamos el Mediterráneo amontonados en un viejo Fokker rentado por la Prensa Extranjera y en menos de dos horas estábamos acercándonos al aeropuerto de El A»ouina en Túnez, Abandonamos el avión entre una multitud que abarrotaba los pasillos en medio de gritos en írabe y en Francés que resonaban por todas partes, eran muchos los que luchaban por salir de la ciudad, particularmente mujeres y niños y pocos los que llegábamos. Los altavoces ordenaban abandonar el aeropuerto cuando de pronto apareció entre las nubes un reactor francés ametrallando la pista de ida y vuelta y como pudimos pasamos Migración cuyos empleados sellaban cualquier cosa para ver de salir a la calle,

Afuera nos esperaba otra multitud pero no de gente vestida a la usanza europea, eran los nativos del paí­s, írabes de ascendencia africana y asiática, Bereberes de fisonomí­a caracterí­stica vistiendo viejas chilabas o elegantes kufieh con gorros bordados sobresaliendo entre aquella multitud. Un olor penetrante a humo y fritura de aceite con carne de cordero y dátil impregnaba el ambiente; detrás una interminable caravana de automóviles, camiones repletos, carretas y bicicletas procediendo de la ciudad, Túnez libraba su última batalla por la independencia.

Los tres Paí­ses del Atlas parte del Magreb Africano: Marruecos, Argelia y Túnez viví­an un destino común, aun cuando la diferencia entre un Marruecos pacificado, una Argelia convulsa y un Túnez independiente desde 1957 que hoy tení­a que aceptar la presencia de bases militares francesas en su territorio, era grande, A los tres les uní­a el mismo ancestro, el de los Bereberes una mezcla de europeos y asiáticos al norte y de europeos y negros al sur y entre estos, beduinos arabizados que constituí­an los nómadas del desierto, los Tuaregs, esos guerreros ancestrales de rostro cubierto,

Tunizí­a se emancipó de Turquí­a en 1871 y pasó a ser protectorado francés en 1881. En 1941 ya formaba parte de la Unión Francesa, En 1955 se le concedió autonomí­a interna y en 1957 se abolió la monarquí­a declarándose República Independiente. Argelia por su parte vecina a Tunizia, luchaba todaví­a en aquel entonces por su independencia, los yacimientos petroleros hací­an que la Metrópoli francesa se aferrara a su Colonia. El terrorismo fue terrible contra todo aquello que sonara a francés, cafés abarrotados eran volados por los aires y como contraparte se daban acciones militares despiadadas, la única tregua era cuando los almuedines oraban a voces desde los Minaretes cinco veces al dí­a de cara a la Meca.

Tunizia ya república independiente se unió a los esfuerzos para liberar a Argelia una verdad conocida por el gobierno francés que cerraba los ojos porque sus bases militares en Túnez eran necesarias para asegurar el oleoducto que atravesaba el paí­s hacia el Mediterráneo, el petróleo era una necesidad estratégica para el Gobierno del Elí­seo. Por otra parte era sabido que el Frente de Liberación Argelino recibí­a ayuda de la RAU, de la Liga írabe y por supuesto de La Unión Soviética en aquellos tiempos de la Guerra Frí­a.

A poco de inaugurarse la V República con De Gaulle e! 1958 este comprendió que Argelia debí­a ser libre, el desgaste humano y polí­tico era inmenso y debí­a llamar al Referéndum para iniciar la retirada. En Argelia con esto la lucha se recrudeció, el General Salan que habí­a llevado a De Gaulle al poder al frente del Comité de Seguridad Pública en Argel en 1958 sintiéndose traicionado, organizó los Comandos de la OAS (Organización del Ejército Secreto) y se fue a la clandestinidad acrecentando el terrorismo para evitar la independencia. (continuará)