Las fuerzas de seguridad reforzaron hoy la vigilancia del centro de Pekín, en el 19ª aniversario de la sangrienta represión del movimiento pro democrático de la plaza Tiananmen, cuando faltan 65 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos.
Este aniversario, sobre el cual los medios de comunicación chinos guardan absoluto silencio desde hace 19 años, coincide todos los años con un incremento de la presión sobre los disidentes para evitar actos de conmemoración públicos.
Las autoridades impidieron este año que uno de ellos, Chen Xi, viajara a Pekín y asistir a las ceremonias, según la organización no gubernamental francesa Reporteros sin Fronteras (RSF).
La Plaza Tiananmen, teatro durante seis semanas de manifestaciones en favor de la democracia en 1989, era patrullada hoy por policías y miembros de las fuerzas paramilitares, mientras policías de civil vigilaban el lugar con cámaras de video.
La plaza parecía frecuentada fundamentalmente por los habituales turistas, atraídos por el mausoleo de Mao Tsetung, fundador de China comunista, así como por la entrada sur de la Ciudad Prohibida y por la sede del Parlamento.
Anoche, miembros del grupo de las «Madres de Tiananmen», parientes de las víctimas de la represión del 4 de junio de 1989, conmemoraron estos acontecimientos en los alrededores de la plaza.
Hoy, varias personas fueron a un cementerio donde están enterradas algunas de las víctimas.
«Con el transcurso del tiempo, este tipo de mitin se vuelve más significativo», dijo Ding Zilin, de 72 años, miembro de las Madres de Tiananmen, quien en 1989 perdió a su hijo de 17 años, muerto de una bala en la espalda.
A pesar del acoso de las autoridades, hace 19 años que este grupo lucha para que se investigue la masacre de cientos, o quizás miles de civiles desarmados, que cayeron bajo las balas del ejército en la plaza y en los alrededores de esta gran explanada del centro de la capital.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos y gobiernos lanzan regularmente llamados similares.
«Es hora de que el gobierno chino suministre el balance más completo de miles de muertos, detenidos o desaparecidos en la masacre que siguió a las manifestaciones», declaró el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, quien estimó que entre 50 y 200 personas siguen presas.
La organización Human Rights Watch consideró esta semana que 130 personas siguen encarceladas por su participación en el movimiento de 1989.
China justificó la represión alegando la necesidad de hacer frente a una rebelión «contrarrevolucionaria», y sistemáticamente se niega a toda revisión de los acontecimientos, que califica de «incidente».
El 30 de junio de 1989, un informe de la alcaldía de Pekín señaló «decenas de militares muertos, 6 mil miembros de las fuerzas del orden heridos, más de 3 mil civiles heridos, y más de 200 muertos, entre los cuales había 36 estudiantes».