Un mundo sin red


Tal pareciera que el hombre se encontrara decidido a jugar en un trampolí­n peligroso, con una mano y para colmo sin red.

Lic. Carlos Escobedo

íšltimamente he tenido esa extraña sensación de sentirme indefenso ante los acontecimientos mundiales, una sensación de vulnerabilidad agravada por la escalada incontenible de los precios internacionales del petróleo. ¿De qué me han servido los estudios de economí­a, polí­tica o derecho internacional? Mi idealista intención ha sido la de intentar aportar en la edificación de un mundo mejor, en algunos casos de generar debate y prospectiva, pero créamelo, cuando no encuentro justificación por lo que está sucediendo surge nuevamente esa extraña sensación de incertidumbre y desasosiego.

Quizás esa visión existencialista que se contrapone con los ideales, corresponderí­a a Kafka o podrí­a servir de guión a Kubrick; lo que no pretendo bajo ningún punto de vista, es pasar esta tarde como un simple pesimista.

A usted amable lector que sigue mis artí­culos, cuando no le aburren mucho, le insto a no olvidar que precisamente el rol de la investigación cientí­fica obliga permanentemente a realizar análisis apegados a variables sociales que buscan esbozar un cuadro panorámico de realidades, la investigación debe desprenderse del yo para su imparcialidad, pero en algunos casos resulta complicado. En lo personal, al intentarlo una y otra vez, sin pecar de pesimista, la investigación me lleva a la conclusión que, de no tomar acciones inmediatas y audaces la humanidad paulatinamente se condena a su propia condena.

En los últimos tiempos ha sido testigo la humanidad de desastres naturales cada vez más terribles, el deterioro ambiental nos está pasando factura. Así­ mismo, cada vez más y más, presenciamos pandemias más virulentas, el abuso de los antibióticos y otras drogas y el despiadado mercantilismo de la industria farmacéutica basada en el copyright han hecho su aporte. Presenciamos guerras tecnológicas de alto costo económico y humano, guerras cruentas y mediatizadas motivadas por las exclusivas y no por los orí­genes del conflicto. Qué decir del hambre y la pobreza más profundizada y extendida mundialmente. Justamente sobre ello los titulares de algunos medios resaltan más sobre la presencia de los presidentes de Zimbabue y de Irán y dedican menor atención al tema de la conferencia misma. Finalmente, la profundización de una secesión mundial (definición debatible desde la teorización, en virtud de que resulta imposible dada la competitividad entre mercados, claro sin olvidar la interdependencia económica) que muchos ya ven a la vuelta de la esquina, empujado entre otros factores por las crisis económicas que sufren economí­as importantes, primordialmente la estadounidense así­ como por la imparable escalada en los precios internacionales del petróleo como resultante entre otras variables de la especulación de los mercados, la incapacidad de producir más y la demanda desmedida de economí­as como las asiáticas, que sin lugar a dudas nos empujará a una inflación mundial y paulatinamente a una recesión. Sobre este tema me ha gustado graficar a mis alumnos en la universidad (la inflación vendrí­a siendo al equivalente de una economí­a familiar sobregirada, sin capacidad de compra. La recesión es una familia sin capacidad de compra por el sobregiro con el agravante que el aportador (padre o madre) económico pierde el empleo). Imagí­nese un mundo en crisis económica y con hambre.

Esta tarde al reflexionar sobre estos temas, sobre la torpe insistencia de continuar deshumanizando a la humanidad y jugando en el equilibrio de la estabilidad mundial como menciona insistentemente la periodista estadounidense Amy Goodman, pretendo si me lo permite realizar un llamado de reflexión sobre los temas de orden internacional y que en algunos casos nos resultan alejados de la realidad. No olvidemos que como miembros del sistema internacional nuestra realidad se ve sometida a los vaivenes de la problemática mundial, razón por la cual debemos entender que lo que acontece en nuestra estructura social y económica no es más que el resultante de una sumatoria de estructuras mundiales extremadamente complejo.

Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de post grado en Polí­tica y Derecho Internacional.