El primer gran acontecimiento histórico-político se registra el 9 de abril de 1948, cuando Jorge Eliécer Gaitán, virtual candidato a la presidencia de Colombia por el partido liberal recibe tres impactos de bala que le causarían la muerte cortando de tajo la posibilidad de que un letrado de origen humilde pudiera hacer realidad los sueños de muchos colombianos de instaurar una democracia real que terminara con el histórico antagonismo con los conservadores. La noticia de la muerte del doctor Jorge Eliécer Gaitán corrió como reguero de pólvora en Bogotá provocando de inmediato el tristemente célebre «Bogotazo» con saldo de 3 mil muertos y 146 edificaciones destruidas en las siguientes horas seguidas al magnicidio. El «Bogotazo» daría inició a lo que los historiadores llaman el período de la violencia con cauda de más de 200 mil muertos producto de la guerra partidista.
El doctor Eliécer Gaitán se había desempeñado como Alcalde de Bogotá, Ministro de Educación y Ministro de Trabajo, con semejante fogueo político-partidista y carisma en el pueblo, se enfilaba hacia la primera magistratura de la nación provocando así el consiguiente «nerviosismo» entre sus adversarios conservadores. Como gran político y orador planteó la idea «inquietante» de que el «país político» estaba conformado por poderosos intereses económicos que no responden al «país nación» integrado por los ciudadanos necesitados de mejorar sus condiciones económicas y sociopolíticas. Para honrar su memoria, el 9 de abril del 2008 se realizaron en Bogotá Colombia, múltiples actos de masas, y retrospectivas documentadas en distintos medios de comunicación social para que las nuevas generaciones conozcan su protagonismo pese a que muchos desean borrarlo de la memoria histórica.
El otro acontecimiento histórico ocurrió el 30 de abril de 1948 al adoptar 21 estados miembros en Bogotá la Carta de la Organización de los Estados Americanos en medio de la convulsión provocada por la muerte del doctor Jorge Eliécer Gaitán. Durante esa Asamblea de la OEA es elegido interinamente hasta 1949, como su primer Secretario General el ex canciller colombiano doctor Alberto Lleras Camargo (1906-1990) y después para un quinquenio completo que culminó en 1954. El avance histórico se refleja en el contenido del preámbulo y articulado de la Carta al acordar los plenipotenciarios que los propósitos esenciales de la organización regional serían afianzar la paz y la seguridad en el continente; prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de las controversias que surjan entre los estados miembros; promover por medio de la acción cooperativa, su desarrollo económico, social y cultural.
El 30 de abril de 1948 nos legó la protección de la persona enunciada en el artículo 3 de la Carta de la OEA al expresar que «Los Estados Americanos proclaman los derechos fundamentales de la persona humana sin hacer distinción de raza, nacionalidad, credo o sexo», esta norma por su contenido y alcance entraña gran responsabilidad por parte de los estados miembros que deben con voluntad política darle cumplimiento a los planes de acción contenidos en su política pública de derechos humanos en armonía con sus Leyes Fundamentales. A 60 años de distancia el espíritu de Bogotá de 1948 se proyecta en Medellín, Colombia, donde en días pasados se realizó otra Asamblea de la OEA que pretendió crear condiciones de confianza para emprender la necesaria negociación bilateral que garantice la paz y la seguridad entre países hermanos en desencuentro político como lo son Ecuador-Colombia y Venezuela-Colombia. En verdad que abril de 1948 hizo historia en América Latina por su proyección en el tiempo.