Estragos por el turismo


Machu Picchu, uno de los sitios turí­sticos de mayor interés en Sudamérica. El aumento del trabajo infantil y prostitución y agotamiento de los recursos naturales, son algunos de los problemas que afrontan por el turismo.

Aumento del trabajo infantil y prostitución y agotamiento de los recursos naturales: la democratización de los viajes en los paí­ses ricos ha causado estragos en el Sur del mundo, a menudo privado del maná turí­stico, denunciaron hoy los organizadores de la Jornada Mundial para un Turismo Responsable.


Sin embargo, el turismo también puede ser una herramienta para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones locales, subrayaron también los organizadores de la segunda edición de una manifestación que este año se centró en la «lucha contra la pobreza».

«La tarea es aún inmensa. Unos 1.300 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, pero son los paí­ses del Norte los principales beneficiarios del desarrollo turí­stico en el mundo», subrayó Frederic Leroy, promotor del coloquio organizado por la Coalición Internacional para un Turismo Responsable.

El turismo internacional genera más de 800 mil millones de dólares al año pero menos de un tercio de esas ganancias va a los paí­ses visitados. El resto lo ganan las compañí­as aéreas, los tour operadores y las cadenas hoteleras, según las estimaciones de las ONGs.

«Cuando un turista desembolsa 200 euros (300 dólares) por un viaje a Marruecos o a Túnez, apenas el 20% se redistribuye en el paí­s de destino», comentó Guillaume Cromer, co-responsable de la Coalition.

Muy a menudo, el turismo es la principal fuente de divisas de los paí­ses en ví­as de desarrollo. Muchos de sus habitantes se ven tentados con abandonar sus actividades tradicionales como artesaní­a y agricultura para trabajar en ese sector.

Por eso es tan grave cuando el sector turí­stico sufre un revés de un dí­a para otro en esos paí­ses, como pasó en Mauritania y Kenia.

«A la gente le costó mucho volver a sus poblados y recomenzar sus tareas agrí­colas», señaló Cromer.

Otra consecuencia del turismo de masas es, por ejemplo, que las zonas costeras de Senegal y Camboya están llenas de niños, reclutados por las redes locales para vender recuerdos a los turistas, denunció Leroy.

El debate del turismo responsable cobra mayor importancia aún en el actual contexto de una crisis alimentaria cada vez mayor. Entre los paí­ses candidatos a la apertura al turismo, los organizadores citaron a Haití­, donde en abril hubo una serie de incidentes provocados por la penuria que sufre su población.

La extrema pobreza está también al origen de «la explosión del turismo sexual en Madagascar», donde las niñas se prostituyen en los bares, explicó Frederic Sorge, miembro de la asociación francesa AidéTous, que lucha contra el turismo sexual que tiene como blanco a niños.

Los ingresos medios de las familias de las jóvenes prostitutas de Madagascar ascienden a unos 60 euros al mes, según un estudio de AidéTous, que denuncia «la complicidad de ciertos hoteleros».

«Hay una toma de conciencia entre los turistas pero aún no están bien informados sobre el impacto negativo de los viajes masificados y la forma de hacer otro tipo de turismo», resumió Véronique Fayard, directora de Aidétous.

La Jornada Mundial del Turismo Responsable también tuvo eco en Africa, con conferencias en Camerún, Marruecos, Benin, Burkina Faso, Togo, Ní­ger y Costa de Marfil.

La Coalición Internacional para un Turismo Responsable, fundada en 2007 por Leroy, agrupa ya a 335 organizaciones no gubernamentales (ONGs) del sector turí­stico de 90 paí­ses.