Barack Obama parece a punto de obtener la investidura para la presidencial en Estados Unidos una vez terminadas mañana las primarias demócratas, pero los dirigentes del Partido se preguntan cuándo, cómo e incluso si Hillary Clinton tirará la toalla en beneficio de su rival.
Antes de que los demócratas realicen sus últimas primarias mañana en Montana y Dakota del Sur, hubo señales de que la campaña de Clinton estaba llegando al final del camino mientras el partido ya busca poner la mira sobre el candidato republicano John McCain de cara a las presidenciales de noviembre.
Tras vencer de forma aplastante a Obama en las primarias de Puerto Rico de ayer, Clinton indicó al diario The Washington Post que se guardaba el derecho de impugnar una decisión que le fue desfavorable, tomada por los jefes del Partido Demócrata el sábado.
Los líderes demócratas decidieron que los delegados de Florida y Michigan -en un principio vetados por haber adelantado sus primarias contra las normas del partido- puedan asistir a la convención demócrata de agosto para designar al candidato pero con su derecho a voto reducido.
«Nos reservamos el derecho de hacerla (la impugnación). Aunque todavía no he tomado una decisión», dijo Clinton según el diario, dejando abierta la posibilidad de hacer durar el duelo hasta la convención del partido a fines de agosto en Denver, Colorado.
La ex primera dama aspira a evitar que Obama reciba el apoyo mayoritario de unos 200 «superdelegados», aquellos que pueden votar por el candidato de su preferencia en la convención, que aún no han anunciado su preferencia.
Según la campaña de Obama, al senador negro está a 44 delegados de los 2.118 que le otorgaría la nominación.
Pero Clinton insistió: «Estoy concentrada en ganar la nominación. Seguiré enfocada en lo que tengo que hacer en este momento, que es explicar mi caso a los delegados, y ya habrá tiempo en el futuro de considerar la campaña, porque ésta sigue viva».
Obama, no obstante, ya cambió el objetivo de sus discursos y se ha enfocado en los últimos días en atacar al republicano McCain.
Luego de efectuar una parada hoy en Michigan, se espera que el senador por Illinois se dirija a miles de seguidores en Minnesota, donde se realizará la convención republicana en septiembre.
A pesar de que la campaña de Obama ha dicho que no será un mitin para celebrar el triunfo, al culminar la jornada de las últimas primarias, tanto el lugar escogido como el día están cargados de simbolismo político.
El diario Politico informó que personal que trabaja en la campaña de Clinton en varias partes de Estados Unidos recibió instrucciones de regresar a Nueva York para mañana y habría sido notificado de que su labor llegaba a su fin.
«El anuncio sería una señal de que la campaña se está deshaciendo -al menos- de parte de su personal», señaló el informe, ante el cual no ha habido pronunciamiento del campo de la ex primera dama.
En otro hecho que podría indicar que Clinton se prepara a abandonar la carrera, la senadora anunció que realizará «una celebración» en su estado de Nueva York mañana en la noche, y no en Montana o en Dakota del Sur.
Al admitir su derrota en Puerto Rico, Obama afirmó ayer que Clinton es una «servidora pública excepcional» que será muy «valiosa» para los demócratas en las elecciones de noviembre.
Sin esperar a que los demócratas designen su candidato, McCain ha fustigado en las últimas semanas a Obama. Volvió a hacerlo hoy, cuando criticó al senador por haber ofrecido dialogar con enemigos de Estados Unidos como Irán, en un discurso ante el poderoso lobby Estados Unidos-Israel.
La precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton llamó ayer a los superdelegados de su partido a que dejen a un lado la ventaja de Barack Obama en la puja por la nominación presidencial y la apoyen tras considerar que ella es la mejor opción de triunfo en noviembre.
Dirigiéndose a seguidores tras su triunfo en la primaria de Puerto Rico, Clinton dijo que ella ganará «el voto popular» en tanto Obama «mantendrá una pequeña diferencia en la cifra de delegados» una vez que concluyan las elecciones internas previstas para mañana.
Clinton se refirió directamente a los 200 superdelegados demócratas que todavía tienen que definir su preferencia y les consultó: «Â¿Cuál candidato es el mejor para liderarnos a la victoria en noviembre?».
«Â¿Y cual es el candidato más capaz para liderar a nuestra nación como presidente frente a desafíos sin precedentes aquí y en el extranjero? Estoy en esta carrera porque creo que soy ese candidato y seré ese presidente», agregó Clinton.