El final del partido contra Heredia no podrí­a ser más dramático; se fue a la serie de los tiros desde los once metros. La U venció y, en consecuencia, ganó su derecho a la máxima categorí­a.

Sin embargo, una sombra empaña lo deportivo, y es que la U incluyó en la alineación del primer partido a un jugador que estaba suspendido, por lo que el Deportivo Heredia podrí­a apelar.

Usualmente, este tipo de alegatos tienen eco, y la sanción es muy fuerte. Es probable que la Universidad se quede como novia en el altar, ya que podrí­a, como castigo, quedarse en la segunda división.

La ley es la ley, y si se comprueba la falla de la Usac, pues deberá pagar. Sin embargo, es un buen motivo para evaluar la MEDIOCRIDAD de nuestro deporte. En primer lugar, hay que tomar en cuenta que «los estudiosos», en esta ocasión, tuvieron un buen equipo y un buen apoyo. Su futbol era vistoso. A comparación de la vez pasada, en que ascendieron a la máxima categorí­a, fue a través de un artificio de comprar la ficha, es decir, de una manera artificial.

En esta ocasión, tanto Xinabajul y la Universidad, y casi casi Coatepeque, demostraron su calidad. En cambio, Deportivo Heredia, un equipo flojo y que no tuvo más aspiraciones que no descender, demostró que no merece mantenerse en la Liga Mayor.

¿A quién vamos a beneficiar? A la MEDIOCRIDAD, que sólo nos ha dado sinsabores para el futbol, y que cada vez vamos peor (antes se le ganaba a El Salvador y a Panamá, por ejemplo), o al buen juego. La Usac, sin duda, favorecerá una mayor competencia para el futbol nacional. Serí­a un mejor animador que Deportivo Heredia.

En cuanto a las sanciones, éstas deberí­an ser más acordes con la realidad. Una multa económica para la falla de la U, más otra de carácter administrativo, deberí­a ser lo justo, ya que la inclusión de un jugador suspendido no demerita la clasificación.