La propuesta de modernización fiscal que presentó el Consejo Nacional de los Acuerdos de Paz (Cenap) al presidente de la República, Alvaro Colom, aún no sido cursada al Organismo Legislativo, pero su suerte parece estar echada, ya que el poder económico aglutinado en sus distintas cámaras y asociaciones manifestó su rechazo al proyecto impositivo que busca cubrir el hoyo fiscal que dejará en el 2009 el Impuesto Extraordinario de Apoyo a los Acuerdos de Paz (IETAAP), que finaliza este año.
La Cámara de Industria fijó su posición en ese sentido la semana pasada y fue hasta este miércoles que la cúpula empresarial aglutinada en CACIF, como se conoce por sus siglas, que reiteró su rechazo a la reforma fiscal que el Ejecutivo estima moderada, pero fundamental para dotar de más recursos al Estado para responder a las grandes demandas sociales, principalmente en tiempos de «vacas flacas».
En el Congreso el derecho de picaporte de la cúpula empresarial ya se hizo sentir. Diputados de los bloques unionistas, panistas y patriotas se pronunciaron también en esa misma línea. Mientras Mariano Rayo justifica que las condiciones económicas no son las más favorables, su colega Roxana Baldetti afirma que la carestía de la vida (bienes y servicios) crea circunstancias desfavorables para aumentar la carga tributaria.
Debe fortalecerse el Estado pero no a costa de los asalariados
Por su parte, Rubén Darío cree que la reforma fiscal no prosperará porque desde un principio no existió consenso, en tanto que su colega Nineth Montenegro, de Encuentro por Guatemala (EG), reafirma su posición en cuanto a la necesidad que tiene el Estado en captar más recursos, pero no a costa de los asalariados, sino de aquellos que disfrutan del poder económico.
La crisis económica que se vive en Guatemala es producto de factores externos, pero también por la poca visión de los gobiernos pasados que permitieron que se exacerbara la desigualdad social, ya que no tuvieron la capacidad y voluntad política de cumplir con lo establecido en el Acuerdo de Paz Socioeconómico, signado durante el gobierno de Arzú que según afirmó la congresista allana efectivamente la modernización fiscal.
Esa es la posición que se cree asumirá también la bancada del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que durante su gobierno promovió una reforma fiscal, pero que fue resistida por la cúpula empresarial, que movilizó opinión pública sin precedentes para descalificar a los ponentes y persuadir a las cortes para que resolvieran en determinado sentido, obviamente a favor de sus intereses económicos.
La dirigencia del FRG no ha fijado su posición públicamente sobre el tema, ya que ese es un tema que se discute en el seno de su Comité Ejecutivo. Tampoco los bloques de la Gana y Guatemala, éste último que se constituyó tras separarse del ex partido oficial, se han referido al tema de manera abierta, por lo que se complica el panorama para la reforma fiscal, puesto que será difícil reunir los 80 votos para aprobarla
Cuesta arriba reforma fiscal
Los problemas internos en el bloque oficial debilitan también las pretensiones de UNE de llevar a buen puerto la reforma fiscal, ya que se prevé una fisura que podría traducirse en la salida de no menos de 15 diputados, antes que el Tribunal de Honor de esa organización política decida amonestar o expulsar a los diputados Manuel Baldizón y Mario Taracena, a quienes se señala de dañar la institución con sus actitudes individualistas.
Comisión de Finanzas en Washington
Mientras en Guatemala, CACIF ya mostró sus cartas, la comisión de Finanzas Públicas y Moneda y los jefes de bloque de los partidos políticos con representación en el Congreso de la República se encuentran desde el domingo en Washington para asistir toda esta semana que está por concluir a un seminario auspiciado por el BID para abordar la necesidad y urgencia de dotar de más recursos al Estado por la vía tributaria.