Después de muchos intentos por salvarla, la ceiba plantada en 1963 durante la visita del entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, a Costa Rica será talada este fin de semana, informó ayer la cancillería costarricense.
La ceiba, un árbol oriundo de América Central y Sudamérica, se ha convertido en un peligro «inminente para la integridad física» de los funcionarios de la cancillería, así como de las oficinas vecinas, dijo la institución en un comunicado.
Con 30 metros de altura, «del total de 11 ejes visibles que sirven de anclaje del árbol, 8 están muertos o severamente dañados», agregó la cancillería, que no ha escatimado esfuerzos para salvar al árbol con gran calado histórico, en los últimos dos años.
Los riesgos de un desprendimiento se pueden ver agravados por las lluvias típicas de esta época, así como por los vientos, según los expertos forestales consultados por la cancillería.
Este ejemplar, donado por el entonces presidente de Guatemala, general Miguel Ydígoras Fuentes, tiene un «profundo significado histórico», al haber sido sembrado en ocasión de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de Centroamérica con Kennedy, celebrada en Costa Rica del 18 al 20 de marzo de 1963.
«Libre crezca fecunda. Esta ceiba de la libertad, simboliza la amistad y concordia que ligan a dos pueblos hermanos conmemorando la reunión de los cinco presidentes de Centroamérica, el de Panamá, y el de los EEUU de América. Marzo 18,19 y 20 de 1963», reza la inscripción de la placa conmemorativa.