Débil sistema penitenciario


El ente defensor de los derechos humanos en el paí­s advierte sobre la debilidad del sistema carcelario y sus encargados.

Esta mañana fueron dados de alta del hospital los tres agentes del sistema penitenciario y el Alcaide heridos en la prisión de Chimaltenango, donde la noche de ayer, reos de la Mara 18 les causaron heridas al tomarlos como rehenes durante un motí­n en el que también pusieron de manifiesto su irritación al asesinar al subdirector Jorge Augusto Mendoza.


El retorno urgente de las autoridades sobrevivientes de los hechos causados por pandilleros, se efectuó debido a que agentes del Ministerio Público los esperaban para obtener el testimonio de los hechos ocurridos.

Asimismo, abogados de la Defensa Pública Penal estuvieron presentes para escuchar los testimonios, pues algunos reos que son señalados por el motí­n sangriento, antes estuvieron en cárceles de Guatemala y Salamá y vienen recibiendo la asistencia legal de ese órgano jurí­dico, informaron.

Pedro Toj Hernández, Benjamí­n De León y Ronald Enrique Galicia Eliézar, sufrieron golpes en el rostro y el alcaide, Kilder López Alay golpes en el tórax. La mayorí­a de los 67 reos aprovecharon el final del dí­a y abrieron boquetes en los sectores de reclusión, eso como muestra del descontento, por controles estrictos y vigilancia que se ejerce en dicho centro, se informó en el lugar de los hechos.

La fuerza de los delincuentes fue superior ya que en la cárcel de Chimaltenango únicamente hay 18 agentes de presidios que controlan el centro de detención. Sumado a la inferioridad del elemento humano, el centro de detención está ubicado en un área despoblada únicamente rodeada de terrenos baldí­os y bosque, la entrada principal peatonal y para vehí­culos es de malla.

Hoy La Hora comprobó en esa cárcel, que a pesar de la gravedad de los hechos donde perdió la vida una persona y autoridad superior del presidio, continuaba esa debilidad señalada por la Procuradurí­a de Derechos Humanos, apenas un elemento del Ejército estaba situado en la garita perimetral, la presencia de agentes de la PNC era sólo de diez y el mismo número de guardias penitenciarios.

Desde lo alto de un cerro también se podí­a observar el movimiento de algunos reclusos en el patio central de la cárcel y no concentrados preventivamente ante cualquier contingencia, mientras personal del MP reuní­a más evidencias.

El ministro de Gobernación, Vinicio Gómez informó en la capital acerca de la posibilidad de que haya movilización de reclusos desde Chimaltenango hacia Quetzaltenango y Escuintla en las próximas horas. Esa decisión podrí­a ser para desarticular la fuerza de esos grupos de maras que le demuestran su poderí­o al Estado. Pandilleros del centro etapa II, San José Pinula hicieron algo similar el miércoles.

Pobladores de Chimaltenango se quejaron que desde la llegada de esos reclusos a la cárcel de Chimaltenango apareció la modalidad de la extorsión. Sospechan que para ello los familiares de los delincuentes que están presos en Chimaltenango fijaron su residencia en colonias Socobá, El Esfuerzo, Estancia la Virgen donde es más crí­tico el número de extorsiones, expusieron.

Debilidad


Para el Procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, los acontecimientos en la cárcel de Chimaltenango, dejan al descubierto la debilidad del Sistema Penitenciario. Además, dijo que posee información que los reclusos que asesinaron al subdirector del penal, actuaron bajo efectos de droga, lo que evidencia corrupción, impunidad y anarquí­a. Morales criticó que la función del Sistema Penitenciario no se cumpla, pues su deber es rehabilitar a los reos, pero «eso es sólo una utopí­a. Son centros de abuso y corrupción, universidades del crimen», dijo.