Darán papeles a 40 mil europeos del Este


Para poder hacer frente al número creciente de personas de la tercera edad dependientes, Austria regularizará la situación de unos 40 mil europeos del Este que desde hace años trabajan en negro en ese paí­s ocupándose del cuidado de los ancianos.


De confianza y competentes, disponibles las 24 horas del dí­a y a buen precio, estos «ángeles del este» -y sus patrones- tienen plazo hasta el 30 de junio para declararse y beneficiarse de un estatuto legal, en virtud de una amnistí­a que ya fue prolongada en dos ocasiones.

La cantidad de ancianos que necesitan asistencia en Austria se duplicó en 15 años. Ahora, 400 mil de los 8,3 millones de habitantes requieren asistencia. En los próximos 20 años, esa cifra se duplicará según las proyecciones.

La asistencia ilegal a la tercer edad, que durante mucho tiempo fue un tema tabú en Austria, se impuso durante la campaña de cara a las elecciones legislativas de 2006.

Presionada por una población favorable en 70% a la regularización, la gran coalición izquierda-derecha surgida de esos comicios, y que dirige el socialdemócrata Alfred Gusenbauer, terminó por ceder.

En virtud de una ley que entró en vigor en julio de 2007, los asistentes a domicilio procedentes de nuevos miembros de la Unión Europea (UE), en particular de las vecinos Eslovaquia y República Checa, pueden trabajar legalmente en Austria las 24 horas del dí­a durante dos semanas seguidas por mes.

«Casi no hay ninguna otra posibilidad de disponer legalmente de una ayuda a domilicio las 24 horas del dí­a. El mercado resolvió el problema en la ilegalidad. Y está bien que la situación sea regularizada», opinó Werner Kerschbaum, subsecretario general de la Cruz Roja austrí­aca, que ayuda a las personas involucradas a hacer los trámites necesarios.

«Es una solución barata para el Estado pues gran parte de los gastos siguen estando a cargo de los particulares», dijo Kerschbaum a la AFP.

El nuevo dispositivo prevé, como hasta ahora, que el anciano pague 50 euros netos por dí­a, es decir 750 euros por mes durante 15 dí­as seguidos de trabajo, más el alojamiento y la comida.

Las cotizaciones sociales que resultan de la regularización están en principio cubiertas por subvenciones y una deducción fiscal. El sobreprecio está limitado a 30 euros por quincena, según el ministerio de Asuntos Sociales.

«Este sistema tiene el mérito de ofrecer un principio de solución a una necesidad real, pero está claro que funciona gracias a la importante diferencia de ingresos entre Austria y sus vecinos del este», destacó Walter Marschitz, de la asociación de ayuda social Hilfswerk.

Sin embargo, esta nueva legislación generó crí­ticas de los sindicatos, que rechazaron la ampliación de las competencias legales de esas ayudas, que ahora tienen autorización, junto con el acuerdo de médico de cabecera, para asistir a los ancianos en sus comidas, aseo personal o para ingerir medicamentos.

«La seguridad de las personas es prioritaria, pero el marco de la ayuda debe corresponder a lo que está en la práctica», destacó el ministro Erwin Buchinger.

Pero cuando faltan dos meses para el vencimiento de la amnistí­a y pese a las informaciones publicadas en varias lenguas, sólo 4.300 personas acudieron ante las autoridades.

«El procedimiento sigue siendo relativamente complicado, en especial para quienes salen de una situación de ilegalidad y no controlan la lengua. Los pedidos de regularización se multiplicarán en las próximas semanas», vaticinó Marschitz.