UE y Serbia firman acuerdo


La Unión Europea y Serbia firmaron el martes en Luxemburgo su primer acuerdo de acercamiento, una señal simbólica que busca garantizar la victoria de las fuerzas proeuropeas frente a los nacionalistas en las legislativas serbias del 11 de mayo.


La firma del acuerdo, primer paso hacia la adhesión al bloque, tuvo lugar al margen de una reunión de cancilleres de los 27 en la que se logró vencer las reticencias de Holanda y Bélgica, que frenaban la iniciativa.

Para conformar a belgas y holandeses, la aplicación de este Acuerdo de Estabilización y Asociación quedará en suspenso hasta que Serbia coopere plenamente con el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia, en particular con la detención del ex jefe militar de los serbobosnios, Ratko Mladic, inculpado de genocidio en 1995.

El canciller esloveno, Dimitrij Rupel, cuyo paí­s ejerce la presidencia de la UE, firmó el texto junto con el viceprimer ministro serbio, Bozidar Jelic, y el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn, ante la mirada del presidente proeuropeo de Serbia, Boris Tadic.

Luego fue el turno del resto de los cancilleres y representantes de los 27 presentes en Luxemburgo. Por España, firmó el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Diego López Garrido.

El presidente Tadic y su canciller Vuk Jeremic habí­an reclamado con insistencia la firma de este acuerdo para reforzar las posibilidades de los proeuropeos ante los nacionalistas del primer ministro Vojislav Kostunica, fortalecidos por el reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de la mayorí­a de los paí­ses de la UE.

«Este es un dí­a histórico para Serbia y para la Unión Europea. Creemos que estamos de manera irreversible en el camino de la adhesión a la UE», indicó Jeremic, también presente en Luxemburgo.

Con respecto a Kosovo, cuya declaración unilateral de independencia no es reconocida por Serbia, Jeremic aseguró que la posición de su paí­s «no ha cambiado» y que Belgrado «continuará utilizando todos los recursos polí­ticos, diplomáticos y legales» disponibles para mantener su integridad territorial.

Pese a su carácter más bien simbólico, la firma del acuerdo, sin mandato de un gobierno serbio dividido, implica ciertos riesgos y ya fue calificado de «acto inconstitucional» por el primer ministro saliente Kostunica.