Cuatro años después del asesinato del sacerdote José María Ruiz Furlán, inició esta mañana el juicio contra dos mujeres que caminaban junto al religioso en el momento en el que le dispararon; el debate inició ante más de un centenar de personas que llenaron la sala de audiencias.
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María del Carmen Barrera Aragón, de 56 años, y Carmen Lucía Dávila Barrera, de 27, fueron capturadas el 8 de junio de 2007 y gozan de una medida sustitutiva otorgada por el Juzgado Décimo.
Según la acusación, la víctima recibió además de los disparos de arma de fuego, otras lesiones en el rostro, las cuales fueron catalogadas como «pre mórtem» por el forense del Organismo Judicial; y sin embargo, las sindicadas no han ofrecido «versiones satisfactorias» al respecto.
Barrera Aragón declaró por más de media hora que tenía muchos años de conocer a Ruiz Furlán, conocido también como «Padre Chemita», y que el día de los hechos salieron (las sindicadas y la víctima) de la sacristía y mientras caminaban: «al dar la vuelta se oye un disparo, fue algo de golpe; me agaché y salí corriendo hacia adelante y jalé a mi hija» y añadió que después del disparo corrió hacia la iglesia para avisar de lo sucedido.
El Ministerio Público (MP) acusa a madre e hija del delito de encubrimiento propio.