Sospechas para un maní­aco sexual


Un delincuente sexual reincidente, sospechoso de ser el asesino de una estudiante sueca de 19 años a las afueras de Parí­s, se encontraba hoy a disposición judicial, en un caso que ha provocado gran conmoción en Francia.


El cuerpo de la ví­ctima, Susanna Zetterberg, fue encontrado el sábado 19 de abril en el bosque de Chantilly, a unos 30 km al norte de Parí­s, con una puñalada en el tórax, cuatro balazos en la cabeza y parcialmente quemado.

Una amiga de Susanna habí­a denunciado su desaparición a la policí­a de Parí­s, indicando que ambas habí­an estado en la noche del viernes al sábado en una discoteca de la capital y que la joven habí­a tomado un taxi para volver a su casa.

Una vez en el vehí­culo, Susanna le envió a su amiga un mensaje de texto con su teléfono móvil, señalándole su inquietud por la actitud del chófer, precisó la muchacha.

A partir de estos elementos, la policí­a integró en su investigación los antecedentes de otro caso ocurrido a fines de febrero, cuando una muchacha, también sueca, fue violada por un desconocido y abandonada viva en una comuna al oeste de Parí­s, después de haber tomado un taxi al salir de una discoteca.

Cuatro dí­as más tarde de la muerte de Susanna, una mujer denunció a la policí­a haber sido importunada por un individuo que al volante de un monovolmen blanco se presentaba como taxi, similar al que vieron algunos clientes de la discoteca donde estuvo la joven sueca la noche de su asesinato.

Ese mismo dí­a, un desconocido fue filmado por una cámara de vigilancia cuando trataba de utilizar la tarjeta bancaria de Susanna en un cajero automático.

Con todos estos antecedentes y los archivos judiciales de delincuentes sexuales, la policí­a estableció un «retrato robot» del sospechoso. Finalmente, localizó al presunto autor en su domicilio en Parí­s y comenzó a ser seguido.

El viernes pasado, fue detenido después de haber sido visto en el bosque de Boulogne, en el suroeste de Parí­s, cuando estaba desenterrando algunos objetos que la policí­a pensó podí­an ser indicios del crimen.

Según fuentes allegadas a la investigación, el detenido es un maní­aco sexual reincidente con un pasado criminal considerable. En 1979, fue condenado por el rapto y violación de una joven (6 años de cárcel) y en 1989 por otras dos violaciones (18 años). Salió de la cárcel hace apenas unos meses.

Desde que fue detenido el viernes de la semana pasada, el sospechoso no ha reconocido los hechos y se ha mantenido en un silencio total, explicó una portavoz de la fiscalí­a parisina que precisó que el sujeto se mostraba muy tranquilo.

Sin embargo las pruebas de cargo se han ido acumulando desde entonces.

En su automóvil, un monovolumen blanco, la policí­a encontró unas esposas y un revólver del calibre 22, correspondiente a las balas en la cabeza de la ví­ctima y una cartera con la inscripción «Susanna 777».

Susanna Zetterberg viví­a desde hací­a poco en Francia donde estudiaba francés en la universidad de La Sorbonne y trabajaba como camarera.

En Suecia, el padre de la muchacha afirmó a un diario que la detención del sospechoso era «un alivio» para él y su familia. «Hacemos lo que podemos para tratar de superar todo ésto», dijo.

Este caso se produce cuando en Francia existe una importante polémica en torno a la agravación de las penas para los reincidentes de delitos sexuales.