La ONU le declara la guerra a crisis alimentaria


Unos agricultores tailandeses cosechan arroz en un campo de Narathiwat. Ante la crisis alimentaria, la ONU busca realizar un programa a largo plazo para evitar hambrunas en el mundo.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los jefes de 27 agencias y organizaciones de las Naciones Unidas comenzaron hoy en Berna una reunión a puertas cerradas para enfrentar la crisis provocada por el alza de los precios de los productos alimenticios.


«Es un momento apasionante para la ONU pero también un momento en que somos colocados frente al desafí­o de hacer todo lo que podamos para responder a las expectativas que el mundo ha colocado en nosotros», declaró Ban antes de la reunión en la sede de la Unión Postal Universal (UPU).

El arroz subió un 141% desde enero, el trigo cuesta 130% más que hace 12 meses y el maí­z nunca estuvo tan caro en 12 años: la disparada del precio de los alimentos, que ha provocado protestas violentas en muchos paí­ses, ha aumentado la cifra de hambrientos en decenas de millones.

La ONU y sus agencias deben asistir de manera urgente a las poblaciones hambrientas y, además, buscar soluciones a más largo plazo, buscando un equilibrio entre los defensores del proteccionismo y los de la apertura de los mercados, y entre los partidarios de los biocarburantes y sus opositores.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM), que alimenta a 73 millones de personas en 78 paí­ses y es considerado como la última barrera entre los hambrientos y la inanición, debe ser reforzado en al menos 756 millones de dólares adicionales (476 millones de euros), advierten sus dirigentes.

La hiperinflación de los alimentos pone en peligro el cumplimiento de los Objetivos del Milenio de la ONU, sobre todo reducir a la mitad la pobreza en el mundo de aquí­ al 2015.

Según el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, 100 millones de personas más podrí­an acabar en la extrema pobreza -subsistiendo con menos de un dólar al dí­a- por la subida del precio de los alimentos.

Los primeros resultados de las reuniones serán develados mañana en una conferencia de prensa de Ban Ki-moon.

El secretario general de la ONU estará acompañado de la directora del PAM, Josette Sheeran, de Zoellick, del director de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, y del presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrí­cola (FIDA), Lennart Bage.

El relator de la ONU para el derecho a la alimentación, el suizo Jean Ziegler, estimó por su lado hoy que a raí­z la reunión de las jerarquí­as de la ONU marca un «dí­a esencial para los hambrientos del mundo», y aprovechó la ocasión para condenar los esfuerzos de la OMC para concluir la ronda de Doha de liberalización del comercio mundial.

«La lí­nea de (el director general de la OMC, Pascal) Lamy es totalmente contraria a los intereses de la gente que muere de hambre porque son exactamente los pagos proteccionistas los que permiten a los campesinos cultivar alimentos», dijo Ziegler en una conferencia de prensa en Ginebra.

Para la Organización Mundial de Comercio (OMC), por el contrario, «los subsidios agrí­colas de los paí­ses ricos han destruido la agricultura de los paí­ses pobres y un sistema más abierto sufrirá menos distorsiones».

Ziegler criticó asimismo «la polí­tica aberrante del Fondo Monetario Internacional» (FMI) que ha «impuesto a los paí­ses pobres» el cultivo de productos no alimenticios, lo cual ha reducido la producción de alimentos.

Se congratuló del «viraje» del director general del FMI, Dominique Strauss-Kahn, sobre el tema, y llamó a los gobiernos a apoyarle para «otorgar la prioridad absoluta a los cultivos de subsistencia».

El experto, cuyo mandato de relator llega a su fin el miércoles, renovó su llamado a una «moratoria total» de los biocombustibles, a los que acusa de ser uno de los causantes de la crisis.

El relator de la ONU denunció asimismo la especulación, a la cual acusó de un 30% del alza de los productos alimenticios.

El relator de la ONU denunció, asimismo, la especulación, a la cual acusó de un 30% del alza de los productos alimenticios.