Subsidiando al dólar


Como si fuera un episodio de la serie televisiva «En la dimensión desconocida», la Junta Monetaria ordenó este mes comprar US $ 63.9 millones para que en nuestro paí­s no se desvalorice el dólar. ¿A quién beneficia y a quién perjudica ésta medida monetaria? Perjudica a la mayorí­a de guatemaltecos, a los consumidores de todo producto importado y en lugar de permitir que los derivados de petróleo, especialmente las gasolinas y el diésel, los fertilizantes y las medicinas y alimentos bajen de precio al aumentar el poder adquisitivo del quetzal, hacen que se mantengan más altos, más caros.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Los salarios y los honorarios de los trabajadores y profesionales se ven perjudicados, prácticamente lo único que no se ajusta al valor de la moneda norteamericana son los salarios y honorarios.

Es evidente que los banqueros públicos y privados que integran la Junta Monetaria pueden llegar a decirle a sus representados y patronos que se están ganando su presente y su futuro al velar por los intereses de los banqueros y de los exportadores, pero el resto que somos la mayorí­a de guatemaltecos conformémonos con pensar que la Junta Monetaria, que los banqueros integrantes y los economistas que les asesoran, nos tienen en el paí­s no de la eterna primavera, sino de Alicia y sus cuentos.

El nivel de reservas es el más alto de toda la historia. ¿Es correcto continuar aumentando las reservas monetarias y manteniéndolas en dólares? No, si tan sólo el porcentaje de las reservas de lo que exportamos a Europa lo tuviéramos en euros, habrí­amos ganado el 40% en menos de diez años; pero como Blanca Nieves y los siete enanos siguen siendo los que se rotan en los puestos de la Junta Monetaria, continuaremos oyendo cuentos y canciones de sirenas.

Cuando a la Presidenta del Banco de Guatemala se le termine su tiempo, aunque se continúe equivocando, se retirará con una de las cinco pensiones más altas de toda Guatemala y por supuesto la estará esperando un gran chance en un banco privado, pero al resto, la gran mayorí­a de los guatemaltecos continuaremos, no sólo en la dimensión desconocida, sino en un sainete de terror donde nos continuarán chupando, no la sangre, sino el poder de compra.

El Presidente, Vicepresidente de la República y el Congreso deben de tomar una acción, si giramos y vamos a continuar girando en la esfera alrededor de los Estados Unidos «dolaricemos». Ya sé que la Presidenta del Banco de Guatemala, igual que lo hiciera su antecesor Lisardo Sosa, estará en desacuerdo con mi opinión, pero repito lo que le dije al presidente Alfonso Portillo: Todo en Guatemala está dolarizado, salvo los salarios y parte de los honorarios, porque ya varios profesionales cobran en dólares más IVA.

Este es el momento de dolarizar, cuando las reservas monetarias están tan altas y el dólar convenga o no convenga, dependiendo de quien se trate, va para abajo. Es el momento de tomar esa decisión.

Qué puede perjudicar a los asalariados si sus ingresos o sueldos se sinceran, ya no digamos qué puede perjudicar a las reservas técnicas del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social: «nada». Si esto se hubiera hecho hace 30 años, los pensionados del IGSS, los contribuyentes a la reserva de invalidez, vejez y sobrevivencia y de enfermedad común hubieran conservado el valor real de sus contribuciones; por consiguiente, las pensiones a los miembros de la tercera edad, ex trabajadores del sector privado y a los discapacitados, tendrí­an diez veces más valor y poder adquisitivo.