La disparada de los precios del petróleo continuará y el barril de crudo podría alcanzar los 150 dólares hacia el cuarto trimestre, advierten ahora los analistas, tras revisar precipitadamente sus previsiones de principios de año.
«A comienzos de año habíamos estimado que el precio del petróleo caería en 2008 y señalamos los 80 dólares como precio promedio», explicó Antoine Halff, estratega de la casa de corretajes Newedge Group. Pero «frente a la evolución del entorno de los mercados petroleros, estamos revisando al alza ese precio», agregó.
Al igual que Halff, numerosos analistas revisaron sus pronósticos y estiman precios entre 120 y 150 dólares el barril para el cuarto trimestre.
Luego de superar sucesivamente los 100, 110 y 115 dólares, el barril de crudo se negociaba el martes sobre los 119 dólares, un incremento de 86% en relación a su nivel de un año atrás.
Ante la disparada de los precios del crudo, el presidente George W. Bush se declaró el martes «inquieto» por los consumidores estadounidenses.
«Con esta tendencia al alza de los precios, el petróleo estará a 150 dólares en el otoño» boreal, pronosticó Douglas McIntyre, estratega de 24/7 Wall Street.com.
Según John Kilduff (MF Global), los 120 dólares «ya no son más que una marca cualquiera en la marcha inexorable del petróleo hacia nuevos récords».
El crecimiento de la demanda energética en las naciones emergentes, cuyas economías están en pleno auge, e incluso en los países productores, así como el descenso de la producción en los que no son miembros de la OPEP, terminaron por vencer la prudencia de los analistas.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo mundial de hidrocarburos debería aumentar 2% en 2008.
China, segundo consumidor mundial luego de Estados Unidos, India y Medio Oriente, consumirá pronto más petróleo que Estados Unidos, por primera vez en la historia, según la AIE.
Este incremento del consumo en los países emergentes, evaluado en 4,4%, compensaría así la reducción de 2% de la demanda energética proyectada en Estados Unidos como consecuencia de la desaceleración de su economía.
Históricamente, las recesiones en Estados Unidos llevaron a un descenso de los precios. El precio del petróleo bajó 26% a 19,84 dólares el barril en Nueva York en 2001, luego de la explosión de la «burbuja» de los valores de internet.
Pero «la recesión económica es un elemento secundario para los mercados petroleros, porque la oferta no aumenta, mientras que la demanda se mantiene sólida», subrayó Jeff Rubin, jefe de economistas de CIBC World Markets, el primero que pronosticó que el barril de oro negro superaría los 100 dólares en 2008.
Manteniendo sin cambios su previsión de demanda, la OPEP se rehúsa a producir más y las proyecciones de producción de los países que no pertenecen al cartel, entre ellos México y Rusia, fueron revisadas marcadamente a la baja.
«Cuando la demanda energética se mantiene sólida, la respuesta de la oferta (…) es decepcionante», subrayó Phil Flynn (Alaron Trading).
«Finalmente, el petróleo no tiene otra opción que subir», estimó Flynn, agregando que el crudo podría ganar así otros 20 dólares este verano boreal, período de largos viajes en automóvil («driving season») en Estados Unidos.
Douglas McIntyre concordó, recordando que «los estadounidenses no pueden ir a trabajar a pie, o ir a la escuela a pie o hacer compras a pie».
Convertido en una colocación alternativa muy buscada por los inversores, el ascenso del petróleo también está sostenido por la corrida de los fondos especulativos hacia los mercados de materias primas, a causa de la caída del dólar.
Con la divisa estadounidense evolucionando cerca de 1,60 por euro, se abaratan las materias primas cotizadas en dólares, que se convierten en un refugio contra la inflación.