PNC devaluada


El incidente ayer entre policí­as de tránsito y agentes de la Policí­a Nacional Civil que habí­an cumplido con su deber al capturar a un agente tras un accidente de tránsito demuestra la pérdida absoluta de autoridad de los encargados de la seguridad ciudadana, además de la absoluta arrogancia de los empleados de la Municipalidad que si así­ actúan con los policí­as, qué puede esperarle a los ciudadanos comunes y corrientes.


En condiciones normales, si un ciudadano siente que los policí­as se extralimitan, tendrí­an que recurrir a procedimientos legales para hacer que prevalezca el estado de derecho. Pero como no vivimos condiciones normales y los agentes de la PNC son vistos más como enemigos de la población o, en todo caso, un riesgo para la gente, vemos que la gente no tiene confianza en los mecanismos de ley para preservar sus derechos.

El ejemplo, sin embargo, que ofreció ayer el contingente de la PMT es imperdonable porque si ya la PNC estaba con prestigio y autoridad por los suelos, con este tipo de acciones se le enví­a un mensaje a la ciudadaní­a totalmente negativo. «No hay que hacer caso a la PNC y a los que debe temerse por su abusiva prepotencia es a los agentes de tránsito». En resumidas palabras eso es lo que significa lo que ocurrió ayer y si el Alcalde no procede de inmediato a sancionar y dar de baja a los revoltosos, será cómplice sin duda alguna de ese abuso cometido contra la ley y del mal mensaje enviado a la ciudadaní­a.

No puede ser, por mala que sea nuestra PNC, que otra autoridad de menor jerarquí­a y jurisdicción adopte actitudes de ese tipo. No es permisible, desde ningún punto de vista, que ocurran situaciones así­ y nada sirve para justificar el bochorno.

Es obligado que el Congreso revise las normas que dieron vida a las policí­as de tránsito de todo el paí­s porque no puede ser que abusen de la licencia que tienen para funcionar. El error estuvo en que cuando los usaron como pelotón antimotines para el desalojo de los vendedores del Roosevelt, nadie dijo nada pese a que estaban actuando fuera de sus funciones reguladas. Si ahora hay silencio de la población y las autoridades, estaremos avalando el abuso prepotente, la arrogancia extrema de una fuerza policial que es un grupo de mareros fuera de control. No está de más decir que ya la población dice que cuando hay un atasco, adelante hay algún PMT dando ví­a porque son ellos los mayores obstáculos viales de la ciudad.