China se acercará al Dalái Lama


Una mujer pasa frente a un afiche que anuncia la llegada de la antorcha a Hong Kong. El periplo del fuego olí­mpico motivó a protestas que provocaron los deseos de acercamiento en China y el Tí­bet.

Una delegación oficial china se reunirá próximamente con un representante del Dalai Lama, informó el viernes la agencia oficial China Nueva, en lo que será el primer encuentro conocido entre ambas partes desde las revueltas de marzo en Tí­bet, que dejaron decenas de muertos.


La inesperada noticia fue recibida favorablemente por un portavoz del lí­der tibetano y Premio Nobel de la Paz, exiliado en India.

«En vista de las repetidas peticiones de la parte del Dalai Lama para una reanudación de las conversaciones, los departamentos concernidos del gobierno central mantendrán contactos y consultas con un representante privado del Dalai Lama en los próximos dí­as», indicó la agencia, que cita a una fuente sin identificar.

La televisión estatal china mencionó brevemente esta noticia en su telediario nocturno sin entrar en detalles.

Pekí­n estaba sometida a una creciente presión internacional para que mantuviera un diálogo con el Dalai Lama desde las revueltas que estallaron en Lhasa, la capital regional, y se propagaron por otras zonas de China pobladas por tibetanos.

La represión en la región himalaya y las violaciones de los derechos humanos en China levantaron protestas que han alterado el periplo mundial de la llama olí­mpica y enturbiado la imagen del gigante asiático, que albergará los Juegos de Pekí­n del 8 al 24 de agosto.

Un portavoz del Dalai Lama aplaudió la oferta, que estimó como «un paso hacia la dirección correcta».

«Solamente las entrevistas cara a cara pueden conducir a una solución de la cuestión tibetana», declaró a la AFP Tenzin Taklha.

Desde las revueltas, «Su Santidad ha realizado todos los esfuerzos posibles para tender la mano al gobierno chino y espera que la cuestión tibetana sea resuelta a través del diálogo», declaró el portavoz por teléfono desde Dharamsala, sede del gobierno tibetano en el exilio.

Hasta ahora, Pekí­n se ha resistido a reunirse con el Dalai Lama, a quien acusa de haber instigado la violencia en Lhasa con finalidades separatistas.

El funcionario citado por China Nueva dijo esperar con esta iniciativa que «el bando del Dalai emprenda acciones creí­bles para poner fin a las actividades dirigidas a fragmentar a China y que cese sus complots e incitación a la violencia y la alteración y el sabotaje de los Juegos Olí­mpicos».

El gobierno chino y los representantes del Dalai Lama reanudaron una moribunda ronda de conversaciones secretas a finales de 2002, que acabó por romperse tras el último encuentro conocido, entre junio y julio de 2007.

Los lí­deres tibetanos en el exilio estiman que la represión china de las revueltas dejó más de 150 muertos, mientras que Pekí­n asegura que no mató a nadie y acusa a los «alborotadores» tibetanos del deceso de unas 20 personas.

Nada más conocerse el anuncio llegaron mensajes de satisfacción de la Unión Europea (UE), y de paí­ses como Francia, Reino Unido, Alemania y Japón.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que se reunió este mismo viernes con el primer ministro chino, Wen Jiabao, se declaró «muy feliz».

«Siempre hemos preconizado el diálogo ya que pensamos que es el mejor medio de llegar a soluciones duraderas, aceptables para la cuestión tibetana», declaró.

Reclamó igualmente a China un acceso libre a Tí­bet para periodistas y turistas extranjeros y reafirmó su apoyo a los Juegos Olí­mpicos, sin pronunciarse sobre si habrá un boicot de la ceremonia de apertura por parte de los dirigentes europeos.

El presidente francés Nicolas Sarkozy consideró que «es una etapa importante» y que «este diálogo renovado es portador de verdaderas esperanzas».

El ministerio de Relaciones Exteriores alemán dio su «categórica bienvenida a este paso» y dijo esperar «que esto pueda contribuir a la resolución del conflicto en el Tí­bet».

El ministro de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, calificó de «positiva» la decisión de China y su homólogo japonés, Masahiko Komura, deseó que sea un «éxito».