El alza del euro, el petróleo y los precios de los alimentos se empiezan a sentir cada vez con más fuerza en la zona euro, con señales de pesimismo de los hogares y las empresas de países como Francia, Bélgica y Alemania.
En Alemania, el índice de confianza de los empresario conoció una sorpresiva baja, con un retroceso a 102,4 puntos en el mes de abril contra 104,8 puntos de marzo
En Francia, el indicador que mide la moral de los empresarios también cayó en el mes de abril, de 108 a 106 puntos, respecto de marzo.
«Las perspectivas generales, que representan la opinión de los industriales sobre la actividad del conjunto de la industria, retroceden nuevamente», subrayó el instituto de estadísticas francés (INSEE).
También en Bélgica y en Holanda la confianza de la empresarios se encuentra en baja, según cifras publicadas hoy.
En cuanto al índice PMI; que resume la actividad y la confianza en la zona euro, el mismo permaneció casi estable, aunque retrocedió con fuerza en el sector manufacturero, según una primera estimación publicada ayer.
«Se trata de una corrección del clima de negocios que no sorprende, ya que uno no se explicaba la razón de que esos indicadores se mantuviesen tan bien. Lo que sorpreden es más el momento que la amplitud del movimiento», subrayó un economista del banco de inversiones francés Natixis, Sylvain Broyer.
«En los servicios, que representan cerca de tres cuartas partes de la economía de la zona euro, se llegó al estancamiento», afirmó el economista.
Entre las razones de esta situación se encuentran la desaceleración económica norteamericana y los efectos de la crisis financiero, mientras que el euro continúa apreciándose y afecta cada vez más a ciertas industrias como la aeronáutica, el automóvil o la indumentaria.
«Hasta ahora, el sector manufacturero en la zona euro había resisido bien la combinación de la desaceleración de la demanda norteamericana y el euro fuerte. Pero esto podría haber cambiado recientemente», indicó de su lado el experto Gilles Moec, de Bank of America.
En forma paralela, varios indicadores mostraron un retroceso de la confianza de los hogares en países como Bélgica y Holanda.
Además, el consumo se encuentra en retroceso a raíz de la inflación, que alcanzó en marzo la cifra récord de 3,6% interanual.
En Francia, tras una recuperación en febrero, el consumo de los hogares volvió a caer en marzo, retrocediendo 1,7%, según cifras publicadas ayer,
En Italia, las ventas minoristas aumentaron apenas un 0,3% en febrero, mientras que en Alemania ya habían mostrado un retroceso a principios de abril.
Para Sylvain Broyer, esto es «un efecto directo» del alza de los precios alimentarios, mientras que la perspectiva de alza del índice de desempleo amenaza también la confianza de los consumidores.