Hace poco tiempo sostuve una conversación con colegas profesionales, la misma versaba acerca del tema que todo tiene un valor comprable en la vida. Y que la diferencia estriba en el precio que se le ponga. No siendo la primera vez, que escuchaba comentarios semejantes. Me sentí un tanto tonta e ingenua ante la certeza con la que daban esta afirmación. Y decidí emprender la búsqueda de los elementos clave en defensa de mis argumentos como persona y como profesional. Es por ello que el artículo de hoy se titula la dignidad humana, un valor incomprable.
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En el terreno moral, un valor será verdadero en función de su capacidad para hacer más humano al hombre. Creo que la deshumanización a la cual estamos expuestas/os en nuestro diario vivir, es lo que realmente hace dudar a muchas personas de la existencia de valores verdaderos.
La dignidad propia del ser es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás. Pero ni podemos otorgarlo ni está en nuestras manos retirárselo a alguien. Es algo intrínseco a la existencia humana.
Principios derivados de la dignidad humana:
* La principal cualidad que sugiere la consideración de la dignidad de todo ser humano es el respeto y rechazo a toda manipulación. No podemos tratar a un ser humano como un objeto, cosa o medio para lograr nuestros fines personales.
* Principio de Respeto: «en toda acción e intención, en todo fin y en todo medio, tratar siempre a cada uno -a ti mismo y a los demás- con el respeto que le corresponde por su dignidad y valor como persona.
* En todas y en cada una de tus acciones, evitar dañar a los demás y procurar su bienestar.
* El principio de respeto no se aplica sólo a los otros, sino también a uno mismo. Así, para un profesional, por ejemplo, respetarse a uno mismo significa obrar con integridad.
* El principio de Integridad: Comportarse en todo momento con la honestidad de un auténtico profesional, tomando todas tus medidas con el respeto que se debe a sí mismo, de tal modo que se haga así merecedor de vivir con plenitud su profesión.
* Principio de Justicia: Tratar a la gente de forma apropiada, como les corresponde en su calidad humana.
* Principio de Utilidad: Dado por el supuesto que tanto en la actuación como en la intención se trata a la gente con respeto, eligiendo siempre aquella actuación que produzca el mayor beneficio para el mayor número de personas.
La dignidad humana es el valor que rige los derechos humanos, mientras más transgresiones existen hacia éstos, es más difícil considerar la dignidad humana como un valor universal. Esta es base para la conformación de nuestro autoconcepto y nuestra autoestima. Trabajando las mismas a nivel psicoterapéutico contribuimos a fortalecer el valor íntimo de la dignidad propia dentro de nuestra existencia.
La dignidad significa para Kant -«metafísica de las costumbres»- que la persona humana no tiene precio, sino dignidad: «aquello -dice Kant- que constituye la condición para que algo sea un fin en sí mismo, no tiene meramente valor relativo o precio, sino un valor intrínseco, esto es, dignidad».
El reconocimiento a la dignidad humana como principio fundamental, permite la convivencia, el respeto por la diferencia y la consecución de la felicidad.
Les dejo el tema para continuar la reflexión a nivel personal, a mí en lo particular me ha dado tranquilidad el profundizar en el tema. Y desearía que cada una/o de nosotros lo continuáramos realizando en nuestra cotidianidad.