El Estado, en democracia, se organiza para garantizar a los habitantes el goce de sus derechos, el respeto al ejercicio de sus libertades.
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La Constitución de la República de Guatemala, norma fundamental, establece la pirámide jurídica y en ella ordena que nuestro sistema de gobierno sea republicano, democrático y representativo.
En el desarrollo de la Constitución, siendo nuestro gobierno de tipo presidencial, es el Presidente de la República, complementado por el Vicepresidente, quien ejerce las principales funciones. Basta examinar el contenido del artículo 183 de la Constitución para comprobar que no hay funcionario con mayores responsabilidades específicas que el Presidente, éstas se enumeran de forma concreta en el artículo indicado.
El Presidente representa la unidad nacional, deberá velar por los intereses de toda la población, es el jefe del Estado y el comandante general del Ejército, no puede ni debe evadir su responsabilidad y en base a ella decidir oportunamente y mandar respetando la Ley.
Un ministro, un secretario, no es un funcionario electo, es una persona escogida, de confianza del Presidente, en congruencia con su cargo no puede ni debe actuar sino es en consonancia con la política establecida por la Presidencia. Precisamente para mantener la coordinación es que el Presidente siempre actúa auxiliado por sus ministros en consejo o separadamente por uno de ellos.
Como persona falible el Presidente o el Vicepresidente cuando está en funciones de Presidente, debe de asesorase, escuchar las opiniones que les permitan tomar las acciones lo mas pronto posible, pero no dejarse entretener, mucho menos intimidar, no pueden subordinarse a los intereses de sector o grupo, ni al interés particular, tienen vedado favorecer a partido político alguno o a privilegiar a los grupos de presión.
Es sabido que quien ejerce el mando de una nación se encuentra en un puesto solitario, eso no lo excusa para mandar y cumplir con la obligación que buscó y que el pueblo le otorgó al elegirlo. Como ser humano imperfecto puede equivocarse, lo que no puede, ni debe, es evadir o delegar su responsabilidad. Sus principales enemigos son la adulación, el orgullo y la vacilación.
En la forma en que está redactada y concebida la Constitución, la Presidencia la ejerce de forma permanente el Presidente y de forma eventual el Vicepresidente; por ello, es tan necesario que ambos mantengan la más intensa y adecuada comunicación. No importa que se diga que cuando está ausente del país el Presidente, el Vicepresidente nombra o toma decisiones como tal, lo que es indispensable es que las mismas sean de común acuerdo.
Los grupos de poder tratarán de influir, crear tensiones o discrepancias, vacilaciones y desconciertos en el gobierno, en la Presidencia, pero el Presidente y el Vicepresidente deberán saber sortear todos esos obstáculos. Lo que no podrán es desperdiciar el tiempo y por ello día a día deberán de asumir su obligación de decidir y de velar porque quienes integran el gobierno actúen y cumplan con sus responsabilidades. «Quien comanda no suplica», ejerce su responsabilidad, no hacerlo traiciona a quien confió y lo eligió para buscar el bien común, a sus electores.
Cada gobierno tiene sus características, se enfrenta -según su tiempo- a diferentes circunstancias. Un país pequeño como Guatemala se ve sujeto a la globalización sin poder influir en ella, por eso el gobierno debe actuar con prontitud y no esperar que las situaciones lo rebasen. La crisis y depresión mundial, el hambre y la pobreza están presentes.