Manuel Colom Argueta y ílvaro Colom Caballeros (II)


En el artí­culo anterior, con base en la comparación de la ideologí­a y práctica polí­tica

del ciudadano socialdemócrata, Manuel Colom Argueta ejecutado extrajudicialmente por la dictadura del gobierno militar de Romeo Lucas Garcí­a, y las de su sobrino carnal, actual Presidente de la República de Guatemala, quien de funcionario técnico desde el gobierno de Jorge Serrano Elí­as, en su calidad de máxima autoridad del Fondo Nacional de la Paz (Fonapaz), desde 1990 hasta 1999, año en el que fue propuesto candidato a la Presidencia de la República para el perí­odo 2000-2003, por la alianza de las organizaciones de izquierda UNIDAD REVOLUCIONARIA NACIONAL GUATEMALTECA (URNG), FRENTE DEMOCRíTICO NUEVA GUATEMALA (FDNG), DESARROLLO INTEGRAL AUTí‰NTICO (DIA) y UNIDAD DE IZQUIERDA DEMOCRíTICA (UNID).

Alfonso Bauer

En esos comicios no fue electo, pero de su anterior idiosincrasia puramente técnica, pasó a otro estado de ánimo y decidió emprender la senda polí­tica que le condujera a la máxima magistratura del paí­s. Pero, ya no por el camino de la izquierda, sino de la del centro-derecha, pero no logró sus propósitos hasta en estas últimas elecciones, como candidato del Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que se proclama socialdemócrata.

Sin embargo, en el artí­culo anterior expuse proceder y actos, tanto del presidente Colom como de diputados y funcionarios públicos, miembros de UNE que están desempeñándose más bien como neoliberales que como socialdemócratas y , por ello, en mi primer escrito le recomendé, con la mejor intención, al Presidente de la República y a su partido, si es que de verdad desean conducirse conforme los principios y la ética polí­tica socialdemócrata, que adoptaran como guí­a ideológica y praxis, el pensamiento polí­tico y actuación del auténtico e incorruptible polí­tico socialdemócrata, Manuel Colom Argueta. (MCA).

Insisto en el tema porque tuve la oportunidad de conocer el texto de la última conferencia que dictó sobre la efeméride de los sucesos cí­vicos populares de marzo y abril de 1960, un dí­a antes de ser asesinado. De la dicha histórica Conferencia, citaré algunos párrafos, cuyo mensaje -a casi tres décadas después- sigue vigente:

«Por un lado la Revolución Democrática de Octubre iniciada en 1944, truncada abrupta y violentamente en 1954. Y por otro, el proceso contrarrevolucionario que, de 1954 en adelante, va marcando nuevas formas de intervención imperialista asociada a diferentes formas de intervención imperialista asociada a diferentes formas de subordinación de la oligarquí­a terrateniente y de la burguesí­a nacional. (…)»

Esa situación ha variado, pero en el sentido que el pueblo de Guatemala está ahora más explotado y las «formas de subordinación» a que se referí­a MCA son peores y más en cantidad. No obstante, el actual Presidente de la República y su equipo de gobierno nada hacen contra esa dominación cruel y vergonzante.

«La actuación del Ejército de la Liberación (como ejército paramilitar) entró en conflicto con la institución armada, razón por la que el 2 de agosto de 1954, parte del Ejército, reivindicando su «prestigio», atacó al Ejército de la Liberación acantonado en el Hospital Roosevelt (en construcción) y lo derrotó. El Ejército actúo por intermedio de la Escuela Politécnica. La posterior intervención de la Embajada de los Estados Unidos, hizo de tal derrota una victoria para la Liberación».

«Estos hechos históricos que les relato constituyen el antecedente más inmediato del desarrollo de las fuerzas paramilitares organizadas de derecha (…)

El Presidente actual, igual que todos los presidentes de la República, habidos desde 1954, en vez de, como Comandante General del Ejército por mandato de la Constitución de la República, reorganizar dicha institución, con militares patriotas como los cadetes del 2 de agosto, prefiere a los mismos de la estima del Pentágono.

«Entonces, ¿que es marzo y abril en el proceso histórico que vivimos? Considero que deberí­amos pensar que marzo y abril fueron gestas populares, hechos populares, en que el nivel de organización logró una resistencia contra un sistema antidemocrático y represivo. Pero marzo y abril no es un hecho aislado, forma parte de un proceso histórico social que no ha terminado aún, frente a un sistema de dominación de una minorí­a económica oligárquica, subordinada al capital extranjero (que es el que se ha apropiado de Guatemala) que aprendió a usar técnicamente formas fascistoides de represión para coartar el desarrollo de la organización popular por la liberación de los pueblos».

El Presidente de la República, como guí­a espiritual maya que es, en vez de apartarse del legado de dignidad, de patriotismo y de auténtica democracia que le dejó su tí­o carnal, como lo está haciendo con el nombramiento de altas autoridades militares y civiles y con sus í­ntimas relaciones con potentados del CACIF, contribuye al mantenimiento del abominable «sistema de dominación» que valientemente condenó el epónimo e histórico dirigente de URD

Por último, en dicha última Conferencia de MCA, a la siguiente pregunta: ¿Cree usted que la ultraderecha va a dejar que exista un sistema democrático por la ví­a legal? , él respondió: «La legalidad la podemos ver desde dos puntos de vista: desde el punto de vista formal y desde el punto de vista social. Personalmente no soy de la escuela de derecho formalista sino participo de la concepción sociológica del derecho. Un derecho existe en tanto haya un poder que lo garantice, entonces creo, que mientras la correlación de fuerzas esté a favor de unas minorí­as, que ni siquiera su propia legalidad polí­tica ha respetado, (y sigue igual en 2008) menos respetará cualquier ví­a legal que conduzca a un sistema democrático. Cuando la correlación de fuerzas cambie, entonces no serán ellos los que hagan respetar los derechos, sino serán las otras fuerzas» (las populares).

CONCLUSIí“N. Si de verdad usted, señor Presidente de la República y su Partido UNE son socialdemócratas y quieren gobernar conforme a tal orientación polí­tica rompan con esas minorí­as y apóyense en las mayorí­a, a las cuales se deben en cumplimiento de las normas estatutarias socialdemócratas de UNE.