¿Una violación orwelliana de los derechos de libre expresión? ¿O una táctica astuta para proteger a los pasajeros de los trenes de protestas alborotadoras en la hora pico?
La decisión de la autoridad de transporte de San Francisco de cortar el servicio de telefonía celular varias estaciones de trenes subterráneos durante unas horas el jueves para impedir una protesta ha causado un intenso debate sobre legalidad de ese paso, que resonaba más allá de la ciudad.
Los viajeros en estaciones desde el centro de la ciudad hasta cerca del principal aeropuerto se vieron afectados el jueves cuando funcionarios del sistema BART trataron de obstaculizar tácticamente una planeada protesta por la reciente muerte a tiros de un hombre de 45 años a manos de la Policía de tránsito.
Dos días más tarde, la decisión tenía a expertos legales y de derechos cívicos poniendo la medida en entredicho y causó críticas de un miembro de la junta de tránsito.
«Estoy sorprendida de que no hayan contemplado las implicaciones. Realmente no tenemos derecho a ser ese tipo de censores», dijo Lynette Sweet, que es miembro de la junta de directiva de tránsito. «En mi opinión, hemos dejado que las acciones de unos pocos afecten a todo el mundo y eso no es justo».
Cuestiones similares de censura han surgido en días recientes en Gran Bretaña, luego que el gobierno británico expresase la idea de restringir los servicios de contactos sociales en respuesta a varias noches de saqueos y violencia en Londres y otras ciudades inglesas. La Policía dice que jóvenes delincuentes usaron Twitter y mensajes instantáneos en Blackberry para coordinar saqueos.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que el gobierno, agencias de espionaje y la industria de telecomunicaciones estaban analizando si deberían limitar el uso de sitios como Twitter y Facebook para diseminar caos. La propuesta ha causado indignación y comparaciones de Cameron con los déspotas derrocados en las sublevaciones en el mundo árabe.
En el caso de San Francisco, Sweet dijo que los miembros de la junta directiva del servicio de trenes del área de San Francisco (BART) recibieron notificación de la decisión de la agencia durante la porción cerrada de su reunión el jueves por la tarde, menos de tres horas antes del planeado inicio de la protesta.
«Fue casi como una idea de último momento», le dijo Sweet a la Associated Press. «Este es un país con libre expresión y el hecho de que pensemos que podemos hacer eso muestra que hemos ido más allá de nuestra función, que es proveer transporte, no censura».