Europeos temen la ley de la selva en Internet


La mayorí­a de los europeos teme por el uso ajeno de sus datos personales en internet, una preocupación recogida por los expertos, que piden una mejor protección y confidencialidad.


Para el 82% de los europeos, la transmisión de datos en internet no es segura, según una encuesta del Eurobarómetro publicada esta semana. Al 67% les incomoda tener que registrar su nombre, dirección o fecha de nacimiento.

Más allá de las informaciones ofrecidas voluntariamente, muchas se dejan en la red de forma inconsciente.

«Un historial individual de búsqueda contiene una huella de intereses, relaciones e intenciones de la persona», recuerda una reciente recomendación del Comité Artí­culo 29 (G29), que reúne a los organismos nacionales de protección de datos.

«Estos datos pueden ser después utilizados» con fines positivos o negativos, explicó el texto. Además, valen el oro para los publicistas en lí­nea.

Para el G29, los motores de búsqueda no tienen ningún motivo para almacenar durante más de seis meses las informaciones sobre los internautas. Google y Microsoft las conservan actualmente durante un periodo tres veces superior.

El Comité critica asimismo las «cookies», unos programas espí­as que algunos sitios web instalan en los ordenadores personales. «Las fechas de expiración de las cookies fijadas por algunos motores de búsqueda parecen excesivas». En algunos casos, hasta duran «varios años».

Algunos motores cruzan además sus informaciones con terceros, una práctica «ilegal si los usuarios no han sido informados», según el G29.

La recomendación del G29 no es vinculante, pero la pelota está ahora en el campo de la Comisión Europea.

La Unión Europea se ha mostrado con frecuencia preocupada por proteger la vida privada, oponiéndose por ejemplo a Estados Unidos, que defiende la transferencia de datos para la lucha antiterrorista.

Sobre internet, Bruselas propuso el año pasado modificar algunas reglas comunitarias existentes.

La Comisión quiere por ejemplo obligar a los proveedores de servicios públicos de comunicaciones electrónicas a notificar los errores en sus sistemas de seguridad, así­ como permitir los recursos judiciales contra los autores del «correo basura» por parte de personas morales.

Una propuesta que «no es todo lo ambiciosa que podrí­a ser», lamenta el Controlador Europeo de Protección de Datos (CEPD).

«Otras organizaciones utilizan también cantidades masivas de datos privados, cuya revelación podrí­a ser potencialmente peligrosa», como los servicios bancarios o médicos en lí­nea, según el CEPD.

Este organismo deplora además que las asociaciones de consumidores no puedan emprender una acción judicial contra un proveedor de acceso a internet que haya divulgado datos personales de millones de usuarios.

Pero elaborar una reglamentación no servirá para nada sin la educación previa del consumidor, defienden los expertos.

Según el Eurobarómetro, pese a todos sus temores, sólo el 22% de los europeos utilizan instrumentos para proteger sus datos (parafuegos, filtro de cookies…).

Y muchos de ellos subestiman sus riesgos, como lo prueba una actual iniciativa del Centro Belga de Investigación e Información de las Organizaciones de Consumidores.

El centro ha creado un sitio internet que, con la promesa de comunicaciones gratuitas, obtiene información personal de los internautas. Desde el 1 de abril, 12.000 personas han caí­do en la trampa.