Francia duplicará este año el presupuesto de su ayuda alimentaria para llegar a los 60 millones de euros, anunció hoy el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ante los representantes de las principales economías mundiales, reunidos en París en torno al tema del medioambiente.
«Es urgente actuar para reforzar la seguridad alimentaria en un momento en que 37 países conocen una muy grave crisis alimentaria. No podemos seguir indiferentes frente a la revuelta de los que, en los países del sur, no pueden comer cuando tienen hambre», declaró Sarkozy.
«Próximamente propondré una asociación mundial para la alimentación y la agricultura. Necesitamos una mayor coordinación de los actores internacionales, instituciones, Estados, sector privado y ONG», agregó.
«La crisis alimentaria necesita respuestas inmediatas, pero también una ayuda para la agricultura.
Francia cuenta con contribuir activamente a la resolución de la crisis. Para hacer frente a la urgencia, duplicará «a partir de este año su presupuesto de ayuda alimentaria haciéndolo llegar a 60 millones de euros en 2008, casi 100 millones de dólares», agregó.
El jefe del Estado, que pronunció un discurso ante representantes de las 16 principales economías del planeta, reunidos en París en torno al tema del medioambiente, destacó el vínculo entre crisis alimentarias y trastornos climáticos.
«Esos trastornos son de manera creciente, un peligro para la seguridad alimentaria. El empobrecimiento de los recursos de agua, la tensión creciente en torno a los recursos agrícolas y pesqueros, agravada por fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, son otros tantos desafíos mayores que amenazan el desarrollo, sobre todo en ífrica», expresó.
Sarkozy citó al respecto la guerra en Darfur (este de Sudán), una «mezcla explosiva de cambio climático que se agrega a la pobreza», dijo.
«Hay urgencia y esta urgencia debe llevar a cada uno de nosotros a superar sus posiciones defensivas», manifestó, recordando que un acuerdo internacional para hacer frente al cambio climático debe lograrse en 2009 en la conferencia de la ONU en Copenhague.
Recientemente, París insistió en su compromiso de hacer llegar la ayuda pública para el desarrollo a 0,7% de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2015. Sin embargo, el nivel de esta ayuda ha bajado entre 2006 y 2007, según la OCDE, pasando de 0,47% a 0,39% del Ingreso Nacional Bruto.
En los últimos meses han estallado «motines del hambre» en varios países, en Africa, Asia y en el Caribe, después de una importante alza de las materias primas agrícolas.
El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció el lunes una ayuda de urgencia de 200 millones de dólares, mientras que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas y a largo plazo frente a la crisis alimentaria.
El domingo, el Banco Mundial lanzó un llamado para una intervención de urgencia, mientras que el Fondo monetario internacional (FMI) advirtió contra las «consecuencias terribles» si la inflación continúa, con «cientos de miles de personas que van a morir de hambre».