Una bomba atribuida a ETA estalló hoy frente a un local del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) en Bilbao (norte), en un ataque más de la organización independentista armada vasca contra la formación que gobierna España, coincidiendo con el inicio de un segundo mandato.
La explosión se produjo hacia las seis horas locales en el barrio bilbaíno de La Peña y causó siete heridos leves y «cuantiosos» daños materiales, informaron fuentes de la policía autónoma vasca.
«Alrededor de una hora antes» una patrulla de la Ertzaintza descubrió una maleta sospechosa colocada frente al edificio.
Los agentes «acordonaron la zona y evacuaron a los vecinos» después de que hacia las 5:30 hora local, la asociación de ayuda en carretera DYA de Vizcaya recibiera una llamada que avisó de que la bomba estallaría media hora más tarde.
La llamada a la DYA es el medio que suele utilizar ETA para avisar de la inminencia de una explosión.
«ETA está avisando, combinando el querer demostrar capacidad operativa con atentados mortales», declaró en París el director general de la Policía, Joan Mesquida, en referencia al asesinato de un ex concejal socialista en el País Vasco el 7 de marzo, dos día antes de las elecciones legislativas españolas.
Pero aseguró que «las fuerzas de seguridad, tanto españolas como francesas, están suficientemente motivadas para afrontar con la eficacia que han demostrado esta nueva escalada de violencia de ETA».
El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, pidió a ETA «que dejen ya ese camino que sólo les va a conducir a la cárcel».
Este nuevo atentado es uno más contra el partido socialista que gobierna en España, justo cuando el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, comenzó esta semana un nuevo mandato de cuatro años tras ganar su formación las elecciones del 9 de marzo.
La organización, además de matar el 7 de marzo al ex concejal socialista Isaías Carrasco, atentó contra las sedes socialistas vascas de Derio el 29 de febrero y la de Balmaseda el 24 de diciembre e hirió al escolta de un edil del PSE-EE en Galdakao (Vizcaya) en octubre.
ETA ya advirtió en febrero a Zapatero que su política es la misma que la de sus antecesores, el socialista Felipe González y el conservador José María Aznar, y el 1 de abril aseguró que no «se va a quedar de brazos cruzados» ante lo que considera ataques del gobierno nacional contra el independentismo vasco.
Zapatero, que intentó sin éxito negociar con ETA para que esta dejara las armas, durante una tregua de la organización entre marzo de 2006 y junio de 2007, ha asegurado posteriormente que no volverá a dialogar con ella y la semana pasada ofreció a los demás partidos políticos diseñar una «estrategia antiterrorista» para acabar con la violencia.
El principal partido opositor, el conservador Partido Popular (PP), manifestó su disposición, aunque desconfía de la promesa de Zapatero de no volver a negociar con ETA, proceso que los «populares» criticaron duramente.
ETA, que integra la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE), está considerada responsable de la muerte de 822 personas durante 40 años de violencia para conseguir la independencia del País Vasco.
Desde que dio por terminado su «alto el fuego permanente» -durante el cual dos ecuatorianos murieron en diciembre de 2006 en un atentado en el aeropuerto de Madrid- ETA intensificó su campaña de atentados y en diciembre mató en Francia a dos policías españoles.
Por su parte, la policía española y la francesa estrecharon el cerco a la organización y los movimientos de su entorno con decenas de detenciones.
Además, la justicia española encarceló a la mayoría de los dirigentes de la formación ilegal Batasuna, brazo político de ETA, y prohibió presentarse a las elecciones del 9 de marzo a otros dos partidos independentistas, ANV y PCTV.