Consumimos en el mercado o el mercado nos consume


El incremento generalizado en los precios de la canasta básica, combustibles, energí­a eléctrica y los bajos salarios agobian a los guatemaltecos.

Julio Donis

Entre el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la inteligencia.

A. Gramsci

Esta reflexión se desarrolla en el contexto inmediato de una inminente alza en el costo de los artí­culos de consumo, como resultado directo del incremento de los precios de los combustibles, es decir, en medio del dilema que genera enterarse que el pan subió de precio porque los combustibles que se utilizan en los molinos hasta el transporte de las harinas, pasando por la gasolina del repartidor de pan a su barrio, ha subido de precio.


Pero también la intención de estas lí­neas es abstraer aquel evento del alza del pan, la gasolina, la energí­a eléctrica, el gas y demás en el cuestionamiento general del modelo económico, el modelo neoliberal para comprender sus acciones y sus efectos en su bolsillo.

La noción de lo que causa en la cotidianidad suya y de los demás guatemaltecos, encontrar de la noche a la mañana que el dinero no alcanza, que dan menos tortillas por el mismo precio, que un galón de gasolina equipara su precio con el de diésel, o que el propano sube y sube al cielo como gas, es angustia; pero también es la certeza objetiva de la hegemoní­a implacable de la lógica capitalista, implementada en una economí­a como la guatemalteca, con sus desbalances, imperfecciones y desigualdades.

Objeto del mercado

Lo que siente una familia de cinco hijos ante la carestí­a de los alimentos de la canasta básica es desamparo, es la misma sensación de vací­o extremo que cuando escuchamos por todos lados «la calle está dura» «no hay chamba». Es la certeza de que usted es excluible y que no es sujeto de la transformación social sino objeto del mercado que además es imperfecto.

En un escenario pesimista en el cual el precio de la gasolina se elevara a 50 quetzales el galón, y los alimentos básicos empezaran a escasear, este pueblo sucumbirí­a porque no estamos formados en la solidaridad sino en el individualismo.

¿Cuántos guatemaltecos se aprestan a tomar iniciativas solidarias para ahorrar? ¿Cuántos se organizan en su barrio para dar «jalón» a los que van a pie? ¿Cuántas familias de esas de clase media aspiracional en las que casi cada miembro tiene su carro, se organizan y van en uno solo? ¿Cuántas personas analizan sus hábitos de consumo y dejan de comprar para permitirse existir? Me temo que muy pocos.

Caemos ante la fetichización de la mercancí­a y preferimos no comer antes para poder comprar el último artilugio de moda. Los hábitos de consumo reflejan una práctica social compleja y casi nunca nos preguntamos qué compramos o qué estí­mulos afectan las decisiones que nos llevan a comprar.

Se agota el modelo neoliberal.

Las cuestionantes que lanzaba antes, el alza de los precios en el paí­s así­ como los problemas de la economí­a de Estados Unidos deberí­an llevarnos a la autorreflexión de las formas de consumo y a establecer una vinculación entre esos hechos con la posibilidad de un inicio del agotamiento del modelo neoliberal. Es importante poner atención al declive del valor del dólar, quizá no es casual que en un año el precio del barril de petróleo casi se haya duplicado.

Me parece que la propuesta socialdemócrata ni siquiera logrará llegar a tiempo a Guatemala puesto que partió tarde del puerto de la implantación capitalista, ese momento fue hacia inicios de los 40, y como tal, conceptos como pleno empleo, la regulación del ciclo económico, la ciudadaní­a social y otros, que en palabras de Sergio Tishler representan las acciones civilizatorias del modelo socialdemócrata, tendrán una implantación relativa que quedará en el discurso estatal.

Lo que viene son aún largos perí­odos de tiempo histórico (no humano) que acentuarán la crisis del mercado. Los recursos naturales y energéticos se agotan y será cada vez más complicado el bienestar humano bajo la lógica violentada que ha impuesto ese mismo mercado.

Como se ve, no es cuestión de angustiarse en el hoy por el alza de los precios, sino comprender en el marco del escenario mundial qué significa la contracción de economí­as como la estadounidense y su relación o impacto en el cilindro de gas que aumentó de precio.

«Me parece que la propuesta socialdemócrata ni siquiera logrará llegar a tiempo a Guatemala puesto que partió tarde del puerto de la implantación capitalista»

Julio Donis.