Centroamérica espera un «entendimiento» con la Unión Europea (UE) para que el rechazo de algunos países a la adhesión a la Corte Penal Internacional (CPI) no se convierta en un obstáculo para la concreción del acuerdo de asociación que actualmente negocian ambos bloques.
Los dos bloques todavía no han logrado «conciliar las posiciones» en lo que respecta a la «cláusula de los crímenes de trascendencia internacional», declaró el vicecanciller salvadoreño, Eduardo Cálix.
En este sentido, «tanto Europa como Centroamérica tenemos una posición adoptada previamente, eso es lo que discutimos», agregó.
Cálix, quien es portavoz de la posición centroamericana en el área política y de cooperación, agregó que en el marco de la III ronda de negociaciones del acuerdo de asociación que desde el lunes tiene lugar en un hotel de San Salvador, los países centroamericanos han presentado a los europeos una propuesta de texto sobre el tema de la CPI.
Según el vicecanciller salvadoreño, esta propuesta «va en consonancia» con lo vertido en un comunicado conjunto que emitieron los presidentes centroamericanos el pasado 12 de marzo en San José, Costa Rica.
En esa ocasión los mandatarios centroamericanos demandaron que se reconozca «la potestad soberana de los Estados de adherirse o no al Estatuto de Roma», que creó la CPI.
En Centroamérica, sólo Honduras y Costa Rica se han adherido al Estatuto de Roma, no así Guatemala, Nicaragua y El Salvador.
La UE ha insistido a los centroamericanos que tomen las acciones necesarias para hacerlo, una presión que no acepta la región y, sobre todo, los países que no lo han hecho y han asegurado que no lo harán por el momento.
En la propuesta de texto sobre la CPI, las naciones centroamericanas declaran que «si bien es cierto que adoptamos y compartimos los principios y los objetivos y la orientación de que los crímenes que más preocupan a la humanidad no deben quedar sin castigo, sí se debe de respetar la institucionalidad de cada país y, además, salvaguardar los preceptos internos constitucionales que marcan nuestra ley primaria», explicó Cálix.
«No tenemos posibilidad de cambios a la Constitución de forma de cumplir con un acuerdo», aseguró el vicecanciller, para quien este proceso «es una negociación y a la negociación no se puede llegar con posiciones preconcebidas, sólidas e inamovibles».
La UE y los cinco países centroamericanos iniciaron en octubre de 2007 las negociaciones para un acuerdo de asociación que incluye tres pilares: el diálogo político, la cooperación y el libre comercio.
Para los centroamericanos, el principal interés de este acuerdo es la apertura del mercado europeo a sus productos, mientras que Bruselas busca sobre todo un socio político en una región que durante mucho tiempo ha sido considerada como el «patio trasero» de Estados Unidos.
Centroamérica y la UE mantienen un intercambio comercial que ronda los 3.800 millones de dólares, un 60% de los cuales corresponde a Costa Rica, que exporta al mercado comunitario desde productos electrónicos hasta los agrícolas tradicionales como banano, piña y café.
Hasta ahora se han realizado dos rondas de negociaciones, una en San José y otra en Bruselas y la de San Salvador es la tercera, la cual concluirá el viernes.