Marulanda, libere a Ingrid Betancourt


Ningún conflicto armado interno o internacional justificará jamás el secuestro de ciudadanos nacionales o extranjeros con fines polí­ticos, tal la práctica de las FARC en la guerra irregular prolongada que sufre Colombia. En la hora presente, Manuel Marulanda escuche con inteligencia emocional el fuerte clamor universal por la liberación de Ingrid Betancourt y sin más dilación entregue las coordenadas de ubicación al Comité Internacional de la Cruz Roja, que bajo los principios generales del Derecho Internacional Humanitario de neutralidad, normalidad y protección garantizará el éxito del acuerdo humanitario. Resulta inaceptable que el directorio de las FARC ignore con soberbia la petición de liberación de Ingrid Betancourt por razones humanitarias dado que se encuentra a «lí­mite» de su resistencia fí­sica y mental. Justamente el principio del «humanitarismo» del Derecho de Ginebra debe aplicarse en el presente caso para evitar se cometa una grave violación al derecho humano a la vida de Ingrid Betancourt y al Derecho de Ginebra que protege a los no combatientes.

Lic. Raúl Armando Búcaro

Manuel Marulanda, alias Tirofijo debe saber de la vinculación necesaria entre Derecho Internacional de los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario y por lo tanto debe cesar la práctica del secuestro como arma polí­tica, ya sea para usarlos como escudos humanos o para otros fines que riñen con las libertades fundamentales consagradas en Declaración Universal de los Derechos Humanos desde el 10 de diciembre de 1948.

La loable iniciativa del presidente de Francia Sarkozy, por poner en marcha una misión humanitaria a favor de Betancourt -cautiva por seis años- parece encontrar eco en el presidente Uribe quién ha manifestado que cesarí­an las operaciones militares en el área de liberación de la secuestrada. Francia pondrí­a en marcha un dispositivo de emergencia para salvar la vida de Betancourt con asistencia médica inmediata. La misión humanitaria del Gobierno galo cuenta con el apoyo de Suiza y España entre muchas naciones.

Manuel Marulanda Tirofijo, considere por un instante a doña Yolanda Pulecio -madre de Ingrid Betancourt- que ha hecho todo lo que está a su alcance por lograr un acuerdo humanitario a favor de su hija, que incluye gestiones ante los gobiernos de Argentina y Venezuela. Piense el directorio de las FARC en su conjunto, que el juicio histórico de condena les espera a todos ustedes si Ingrid Betancourt no salva su vida. Señor Marulanda «lí­der de las FARC», la coyuntura le impone la prioridad de la liberación incondicional de Ingrid Betancourt, sepa que el mundo espera que implementen nuevos acuerdos humanitarios para liberar a otros ciudadanos y extranjeros que padecen graves problemas de salud producto de la prolongada privación de libertad más las condiciones «extremas de peligro de vida» que padecen en las inhóspitas selvas colombianas. Se suma a ello, el peso de las operaciones contrainsurgentes que les obliga a la movilización constante en detrimento de su salud integral. Seguramente el Comité Internacional de la Cruz Roja continuará prestando su valioso concurso para que las partes en el conflicto armado interno de Colombia reduzcan la crueldad propia de la guerra irregular, implementando nuevos acuerdos humanitarios inspirados en la experiencia e ideales del Premio Nobel de la Paz de 1901, el ginebrino Jean Henry Dunant, conmovido por el sangriento final de la Batalla de Solferino acaecida el 24 de junio de 1859.