Clamor del migrante


Ante la inminente visita del presidente ílvaro Colom a George Bush en Estados Unidos, delegaciones de los guatemaltecos que han emigrado a ese paí­s del norte han venido al paí­s con la intención de sensibilizar a nuestras autoridades para que tomen en cuenta su situación en el curso del diálogo que tendrán con autoridades norteamericanas. Por supuesto que en el tema de la migración tenemos que empezar por asumir que Guatemala tiene la enorme responsabilidad de no propiciar condiciones dignas para que la gente que nace en el paí­s pueda realizarse en medio de oportunidades que les permitan llevar una vida decorosa, pero ante la realidad existente y el enorme flujo migratorio provocado por la pobreza en el paí­s, es ineludible la obligación de velar con todo empeño por los intereses de quienes sufren el drama de la separación familiar y viajan en busca de mejores horizontes.


Nunca terminaremos de lamentar la equivocada decisión del gobierno de ílvaro Arzú cuando, tras el Mitch, se negó a actuar como Honduras, El Salvador y Nicaragua, pidiendo un trato preferente de manera temporal en beneficio de los guatemaltecos que estaban en Estados Unidos. En opinión de Arzú, los guatemaltecos no necesitaban ese tipo de preferencias y se negó a solicitarla a Washington. Hoy en dí­a, los hermanos centroamericanos están menos expuestos a deportaciones y gozan de mejor situación debido a la actitud de los gobiernos de entonces, que aprovecharon la sensibilidad generada por los efectos devastadores de un fenómeno natural para lograr una situación de ventaja para sus ciudadanos que habí­an emigrado. Nuestro gobierno, en gesto arrogante, despreció esa oportunidad y los cientos de miles de afectados nunca terminarán de lamentarlo.

Posteriores gestiones para equipararlos a los otros centroamericanos han fracasado y de hecho ya no se puede gestionar el mismo beneficio. Pero una actitud creativa del Gobierno tendrí­a que generar por lo menos una actitud de tolerancia para los guatemaltecos porque son, hoy en dí­a, los más perseguidos y los más afectados por el endurecimiento de la polí­tica migratoria de control que ejerce Estados Unidos. Como guatemaltecos creemos que es urgente que se haga un esfuerzo serio por otorgar a los migrantes el respaldo que necesitan para mejorar su situación actual.

Cada vez que hay elecciones en Guatemala, es romerí­a la de los candidatos para sobar la leva a los que viven fuera, lo que se traduce no sólo en influencia para el voto de sus familias, sino hasta en apoyos económicos. Hoy es momento de demostrar que el interés por los migrantes es real y ojalá el Gobierno articule una propuesta sensata y congruente.