Así como algunos analistas aseveran que no debe mezclarse la política con el deporte, a propósito de las protestas de grupos de derechos humanos contra la China Popular por su política represiva en el Tíbet, al intentar boicotear los Juegos Olímpicos de Beijing, tampoco deberían intervenir aspectos puramente políticos en la búsqueda de soluciones a problemas de salud en el mundo.
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Advierto lo anterior en razón al veto de China Continental a la participación del gobierno de Taiwán en la Organización Mundial de la Salud, no obstante que un informe de la OMS sobre la seguridad sanitaria global en el siglo XXI señala la importancia de la cooperación e información compartida entre países en la lucha contra las enfermedades.
Taiwán desempeña un papel de suma importancia en el mecanismo de prevención de enfermedades en el Pacífico Oeste; pero en el caso de que ocurriera un brote letal de gripe aviar en la región y que fuera fácilmente transmisible entre seres humanos, la exclusión de parte de la OMS de 23 millones de taiwaneses, podría hacer extremadamente difícil el control de la eventual propagación de esa enfermedad, a cargo de la red sanitaria internacional, porque la pequeña isla continúa excluida del sistema de información de enfermedades e incapacitada para acceder de manera inmediata a esa clase de indicaciones.
La OMS y China Popular firmaron un memorando de entendimiento en 2005, que estipula que esa Organización debe contar con la aprobación de Beijing previo a entablar cualquier tipo de interacción con Taiwán, lo que dificulta seriamente cualquier esfuerzo para la prevención de enfermedades y viola los derechos del pueblo taiwanés.
En vista de que Taiwán se considera una nación soberana e independiente, su sistema de salud pública difiere por completo del de la China Popular, de manera que si acaeciera una epidemia en la isla, Beijing no podría reemplazar a Taipei en estudiarla, evaluarla e informar a la OMS, porque depende de la intermediación para la transmisión de información epidemiológica de China Continental, situación que provoca una seria brecha en la red de prevención de enfermedades en el plano internacional.
Por aparte, la Asociación de Corresponsales Acreditados en las Naciones Unidas aprobó una resolución de apoyo a los periodistas de Taiwán, los que, como en años anteriores, no han sido acreditados por la OMS para cubrir el encuentro anual de la Asamblea Mundial de la Salud, a iniciarse el 19 de este mes en Ginebra.
Esa prohibición es una descarada discriminación y un abierto atentado a fundamentales derechos humanos, especialmente a la libertad de prensa y el acceso a las fuentes de información.
(Romualdo Lee pregunta a un taiwanés: -¡Cómo se dice 99 en cantonés? El chino replica: -Cachi chen).